Es una locura pensar que Crypt of the NecroDancer se lanzó hace casi una década (abril del 2015 para ser exactos), revolucionando el género roguelike incorporando el componente rítmico a la ecuación. No creo haber sido el único en pensar “este sería un gran juego de ritmo por sí solo” al escuchar la increíble banda sonora de este primer título, con esta idea siendo reforzada por el Cadence of Hyrule lanzado en Switch en 2019. Brace Yourself Games parece haber escuchado las plegarias mías y de tantos otros, haciendo realidad Rift of the NecroDancer, un spinoff que se centra casi exclusivamente en el elemento rítmico, pero agregando alguna que otra cosita para que se destacarse entre tantos otros juegos del estilo. Pero, ¿fue suficiente para que se convierta en un éxito como sus predecesores? Arranquemos hablando estrictamente del gameplay. Rift of the NecroDancer es un juego de ritmo por carriles (o “lanes”), muy similar a lo que es Guitar Hero o Rock Band, pero en vez de tener 5 colores o líneas, este solamente tiene tres: izquierda, centro y derecha. Puede sonar a un recorte de inputs notorio, pero creanme que es algo totalmente necesario en esta entrega y ya van a ver por qué. A esto se le suma el tradicional “Star Power” que duplica los puntos por un corto tiempo y, además, nos hace invulnerables a perder vidas. La diferencia más grande radica en la forma en la que tendremos que pegarle a las notas, las cuales en este juego no son simplemente eso sino que monstruos, y una gran variedad de ellos. Cada vez que uno de estos llegue al final del carril, tendremos que tocar la dirección correspondiente y así derrotarlos, de lo contrario perderemos una vida cada vez que erremos, de un total de diez que nos otorgan al comienzo de cada canción. Como mencioné anteriormente, hay una gran variedad criaturas y la forma en la que tendremos que lidiar con ellas también cambia dependiendo el tipo y color de las mismas. Los esqueletos mueren de un golpe, mientras que los esqueletos con escudo necesitas dos golpes a doble tiempo. Lo mismo pasa con los slimes, habiendo verdes, azules y amarillas, las cuales resisten uno, dos y tres golpes respectivamente. Hay algunos más engañosos como el caso de los murciélagos que cambian de carril una vez golpeados, o las arpías que avanzan dos espacios a la vez, haciendo una pausa dependiendo del color de estas. Y eso que todavía no mencioné los zombies, armadillos, espadachines, etc. o las múltiples trampas que hacen que los enemigos vayan más rápido o se teletransporten. Si Crypt of the NecroDancer es un juego de combate por ritmo, Rift of the NecroDancer es un juego de ritmo por combate, algo realmente magnífico. El jugador no sólo tiene que tener en cuenta el tempo y las notas que vienen hacia él, sino que además aprender la conducta de cada uno de los enemigos y estar alerta a los cambios que pueden aparecer en los carriles. Puede ser frustrante al principio, ya que los tutoriales no hacen un gran trabajo en transmitir la información de forma escalonada y acorde a los desafíos que se van presentando a medida que la dificultad va subiendo. Está perfecto que nos quieran enseñar que el espadachín azul resiste dos golpes y puede acercarse desde cualquier distancia del carril, pero es algo que no vamos a ver sino hasta dificultades más elevadas. Lo bueno es que ya apenas arrancar iniciar el juego tenemos la posibilidad de ir al modo “Jugar” y elegir entre más de 30 canciones con cuatro dificultades cada una: fácil, medio, difícil e imposible. Y créanme que ésta última dificultad le hace honor a su nombre. Me considero relativamente bueno en los juegos de ritmo, y al momento de publicada esta reseña no pude durar ni 30 segundos en Imposible. No quiero sonar como mal perdedor tampoco, pero creo que uno de los grandes errores en esa dificultad (y diría que en difícil también) es la sobrecarga de información que hay en los carriles, a tal punto de no entenderse bien el orden de los enemigos. A los pies de cada enemigo podemos ver tres patrones distintos que nos indican el tempo en el que debemos atacarlos, representados por un círculo, un rombo y un sol. Naturalmente, cuando se acerca una cantidad abismal de enemigos estas señales se hacen imposibles de ver, y mucho menos registrar a tiempo para que podamos procesar qué botón tocar. Por suerte es algo que sucede solamente en las dificultades más altas, por lo que el jugador más casual quizás nunca se percate de esto. Volviendo al menú principal y relegado a unos espacios más abajo tenemos el Modo Historia, el cual no pretende ser el modo estrella del título pero aún así se siente como una incorporación casi obligada. En este nos cuentan la historia de como Cadence terminó misteriosamente en el mundo de los humanos el cual está siendo invadido por criaturas de la Cripta, las cuales comienzan a robar las almas de las personas. Junto a sus viejos amigos y algunas caras nuevas intentarán detener estas ocurrencias, averiguar quién está detrás de estos ataques (tampoco hay que ser Sherlock Holmes para deducirlo) y buscar una forma de volver a casa. Si bien la historia es muy vaga y el guión demasiado simple, este modo hace un repaso por gran parte del repertorio musical y agrega algunos minijuegos rítmicos que me han sacado alguna que otra risa, aunque se sienten forzados y realmente no aportan nada a la experiencia en sí. Lo mismo sucede con las Boss Battles, las cuales pueden sentirse muy sencillas en dificultad media y totalmente injustas en dificultad alta. El modo entero se siente descartable, y hubiera sido más lógico agregar un incentivo para jugarlo, como desbloquear canciones o algún que otro reto extra. Hablando de extras, algunos otros que tenemos para seleccionar son los Desafíos Diarios, remixes de canciones que pueden jugarse una sola vez al día, o los Desafíos comunes que consisten en pequeños fragmentos de canciones pero con alguna dificultad adicional (una sola vida, menor visibilidad, etc). Pero creo que el más importante de todos estos es la Música Personalizada, donde podremos disfrutar de pistas hechas por la comunidad a través del workshop de Steam. Todo esto gracias al editor de pistas que puede ser un poco difícil de entender al principio, pero se mantiene lo suficientemente simple para que cualquiera pueda utilizarlo sin tanto conocimiento técnico. Obviamente tenemos que hablar de la música en sí, y los extraordinarios temas que componen Rift of the NecroDancer, el cual pasa por géneros como rock, metal, jazz y techno, todo en un único y extravagante paquete. Esta increíble OST estuvo a cargo en gran parte por Danny Baranowsky, compositor de varios otros clásicos indies como The Binding of Isaac, Super Meat Boy, Cave Story y por supuesto Crypt of the NecroDancer, el cual volvió a hacer auténticas maravillas para este título. Acompañándolo se encuentra Josie Brechner, Jules Conroy, Sam Webster, Nick Nausbaum y, mi favorito entre todos ellos, Alex Moukala, el cual compuso varios de los mejores temas que tiene este juego. “Om and On”, “Amalgamaniac” y “Eldritch House” son temas que entraron en mi playlist de videojuegos antes de siquiera haberlas terminado de escuchar. En definitiva, Rift of the NecroDancer logra destacarse como una propuesta fresca dentro del género de juegos de ritmo, aprovechando esta idea de “combate musicalizado” para ofrecer un desafío original. Si bien la curva de aprendizaje puede sentirse abrupta y la sobrecarga visual en dificultades altas puede ser frustrante, la gran variedad de enemigos en conjunto con las posibles modificaciones en los carriles mantiene el gameplay dinámico y entretenido. Por otro lado, aunque el modo historia y algunos extras pueden sentirse como adiciones prescindibles, la verdadera joya del juego radica en su banda sonora y la posibilidad de explorar creaciones de la comunidad. La diversidad musical, junto con la capacidad de personalizar y compartir pistas, añade una capa de rejugabilidad que mantiene fresco el interés del jugador. En definitiva, Rift of the NecroDancer no solo honra el legado de Crypt of the NecroDancer, sino que también se consolida como una propuesta única dentro de su género, demostrando que la fusión entre ritmo y combate puede dar lugar a experiencias memorables y altamente adictivas. Este análisis de Rift of the NecroDancer fue realizado con una copia de prensa proporcionada por Klei Publishing/Brace Yourself Games. Rift of the NecroDancer - ReviewHistoria60%Gameplay80%Gráficos80%Música y Sonidos95%Optimización80%Precio90%Lo bueno:Innovadora mezcla de ritmo y combate.Banda sonora excepcional y diversa.Alta rejugabilidad gracias a las pistas creadas por la comunidad.Lo malo:Sobrecarga visual en dificultades altas, impactando en la jugabilidad de las mismas.Modo historia insustancial.Tutoriales flojos y sobrecargados.2025-02-2185%Nota FinalPuntuación de los lectores: (4 Voto)85%Comparte esto:Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en X (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Threads (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Telegram (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Reddit (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Pocket (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para enviar un enlace por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva) Dejar una respuestaCancelar respuesta