Todos los años, la interminable franquicia de FIFA tiene que pasar por el tradicional desafío de renovar la fórmula, mantener un estándar de calidad y a la vez conservar el espíritu que hace que sus fans vuelvan a la serie con cada nueva entrega. Y este año es por demás particular, porque además de apostar a nuevos ajustes para que el de 2020 no se parezca tanto al de 2019, también se trata del último de la generación de consolas que se va, quizá influenciando por demás a esta propuesta.

Hace varios años que FIFA es un paquete completo, y para esta ocasión, la vuelta de tuerca viene más por el lado single player que la del adictivo Ultimate Team. El más destacado de los modos es el de la campaña en solitario que nos arrima al mundo de los managers (seguramente inspirados por el inacabable éxito de Football Manager) con la posibilidad de ser parte de la simulación desde el lado de quienes toman las decisiones.

En realidad es una modalidad complementaria que se presenta como un apartado diferente pero que en realidad permite retomar el control directo en tiempo real en cualquier momento, y si bien se trata de una representación ligera de lo que hacen los juegos de administración más puros, esta es una variante que invita al cambio y el vértigo desde otro lado.

Pero los FIFA son para jugar a la pelota, y este año -por suerte- EA solucionó varios de los problemas que nos dejó FIFA20. Ahora, gracias a una mayor fluidez en la traslación de los jugadores a través del campo de juego, los partidos se sienten mucho más efectivos, con resultados inmediatos en la forma en que se plantean las jugadas y se desarrollan las asistencias en los ataques. En pocas palabras, se puso un tanto más arcade que el del año anterior, pero no en el mal sentido.

Lo mismo sucede en los momentos de defender. El juego anterior era demasiado impredecible a la hora de cruzar a un atacante, tanto por las buenas como por las malas, ya que su extraña direccionalidad al mover el stick hacia que, por unos pocos grados de inclinación, podamos perder la intención en el callejón de lo impredecible. Ahora, gracias a la fluidez de los movimientos del jugador, el juego se adapta más suavemente a nuestras indicaciones, y si bien lo aleja un poco de la simulación, el resultado es mucho más placentero, tanto para veteranos como los jugadores más casuales.

Este conjunto de novedades hacen también que la estrategia de juego sea un tanto más interesante que en la versión de 2019. Al sumar la certeza de los pases y el flujo de movimiento constante de los jugadores -en muchas direcciones más que en las 8 diagonales tradicionales-, hacen que ahora sea mucho más importante la construcción de las jugadas a la hora de doblegar la defensa del contrincante y poder atacar.

Si bien aún es posible explotar ciertos artilugios que hacen que siempre se pueda anotar en los FIFA de los últimos años, en esta ocasión se premia mucho más el juego con inteligencia y paciencia, y la construcción del momento, algo que se acerca mucho más a los partidos reales de los equipos de primera.

Donde EA todavía -desde hace varios años- no logra encontrarle la vuelta es en las físicas de la pelota, pero por lo menos no es algo que vaya empeorando. Como sucede siempre, su física surrealista es funcional a la dinámica más arcade de esta serie, pero es el diferencial que lo aleja del gusto de los fanáticos de PES, y aunque muchas veces parezca hasta gracioso cómo el balón se queda boyando entre piernas sin enterarse que en el mundo existe la fricción, la realidad es que -para quienes estén acostumbrados a los FIFA- no afecta demasiado.

Si bien esta entrega no innova mucho, por suerte mantiene todo el paquete completo de modalidades que la serie viene incorporando hace varios años, y como no podía ser de otra manera, el tragamonedas de Ultimate Team sigue estando de servicio, pero con algunos interesantes ajustes que, para los que suelen dedicarle varias horas diarias, parecen ser buenos aportes de “calidad de vida”.

La posibilidad de hacer los Desafíos de Creación de Plantilla a través de la aplicación para celulares, a cambio de recompensas como sobres iniciales y monedas FUT, es una gran ventaja para los fanáticos que se encuentran gran parte del día fuera de sus casas, y hay que destacar que además, la aplicación funciona de maravillas.

En esta entrega se hicieron dos importantes modificaciones para cortar un poco con la constante exigencia de monedas para los jugadores. En primer lugar, los jugadores ya no tienen estadística de Fitness, por lo que inician todos los partidos en su mejor estado y no se requiere de insertarles consumibles para que recuperen su salud. Por otro lado, también se fueron las cartas de entrenamiento que hacían que los jugadores tengan un boost de estadísticas por un partido solo, algo que en cierta forma balancea la experiencia entre los que pagan por estas mejoras y quienes no.

Otra interesante novedad es lo que en títulos de otros géneros se conoce como facciones. Acá, en los llamados Eventos Comunitarios y de Equipo, la comunidad se une para cumplir con objetivos específicos y contribuir a un cúmulo de puntos de experiencia compartidos, lo que rápidamente hace llegar a sus participantes a cada Milestone de recompensas, haciendo que los más frecuentes jugadores ayuden a los casuales a seguir avanzando.

Los ajustes, en general, han logrado que FUT se convierta en una experiencia mucho más colaborativa que en años anteriores, y claramente son pasos importantes hacia incorporar a los jugadores que no tienen tanto tiempo para sumergirse en este atrapante mundo que, generalmente, lograba excluirlos debido a las diferencias con los jugadores que más tiempo y dinero invierten en este apartado.

En el campo de juego, FIFA21 se ve y se escucha tan bien como el año pasado, y eso no es menor. Los gráficos son detallados, cada jugador (al menos los que están representados con certeza) tiene el tratamiento de un personaje de cualquier juego de aventuras triple A, y la influencia del clima sobre su piel y su ropa es definitivamente deslumbrante. Quizá, por cómo hemos avanzado en los últimos años y por el nivel tecnológico que se viene, las visuales no llegan a impactar, pero es de considerar lo que hace este juego con 25 modelos de personaje en movimiento, sumándose a las animaciones de estadio e influencias climáticas.

Lamentablemente, en la liga argentina seguimos teniendo las representaciones genéricas de River Plate y Boca Juniors bajo los nombres de Nuñez y Buenos Aires, respectivamente, y sus estadios también han sido modificados para no ser representaciones exactas, aún cuando en los apartados de Copa Libertadores sí existen las licencias oficiales de ambos equipos.

Por el lado sonoro, los comentarios de Fernando Palomo y Mario Kempes siguen presentes con un nivel bastante aceptable, aunque el flujo de las oraciones ya empieza a mostrar sus años en relación a lo que se puede hacer actualmente, sobre todo con la implementación de inteligencia artificial en prácticamente todos los aspectos de nuestras vidas, y no es para sorprenderse que las voces en inglés son las que reciben el tratamiento más refinado.

Definitivamente, el FIFA de este año es un lanzamiento de transición, que por lo menos mantiene todo lo jugoso del clásico paquete de la franquicia (modos single player, modos de management, modos online, FUT) para atravesar la espera anual hasta que llegue el próximo. Pero lo importante es que no lo hace con un simple relanzamiento de precio completo, sino que (casi) se justifica al recibir los suficientes ajustes para hacer de la experiencia en el gameplay, algo mucho más placentera y accesible. También son muy interesantes los cambios en Ultimate Team, que si bien no agitan demasiado el avispero, su efecto es fundamental para hacer crecer su público y no exprimir hasta el cansancio a los jugadores que vuelven año a año.

No es un FIFA revolucionario, pero sus retoques de calidad logran mejorar a la estancada franquicia que hace un par de años lucha por ofrecer ese golpe de efecto que necesitan los fans para volver a enamorarse, y de alguna manera, se replantea hacia dónde van las necesidades de los que vuelven año a año.

Este review fue realizado con una copia de prensa proporcionada por Electronic Arts.

FIFA 21 - Review
Gameplay85%
Gráficos80%
Música y Sonidos75%
Multiplayer80%
Lo bueno:
  • Los retoques de Ultimate Team no revolucionan pero son muy interesantes
  • El gameplay ha sido ajustado para una mejor experiencia
  • Completisimo paquete de modalidades
Lo malo:
  • No representa un salto importante con respecto al anterior
  • Los relatos piden a gritos una renovación
80%Nota Final
Puntuación de los lectores: (5 Voto)
43%

Una Respuesta

Dejar una respuesta