Desde los inicios de la debacle de la serie en 2006, post-Most Wanted, los fans de Need for Speed han estado tratando de entender qué es lo que hizo gloriosa a la serie, y aunque esa pregunta generalmente lleva a pedir una tercera entrega de los aclamados Underground, la respuesta nunca se define concretamente con características de esos juegos.

Pasaron 15 títulos principales desde el segundo Underground, y aún hoy la gente sigue pidiendo un nuevo juego de esa línea, o un título que ofrezca sus bondades, y si bien hemos pasado por algunas buenas entregas desde que Ghost está a cargo de sus desarrollos, aún hoy seguimos insatisfechos. Pero quizá con Heat se nos pase un poco la angustia.

Need for Speed Heat es un gran juego, es un gran Need for Speed, lo que nos lleva a tratar de resolver aquella legendaria incógnita sobre cuánto se arrima a la fórmula Underground -o a cualquiera de los anteriores- para que concretamente entendamos qué es lo que determina que un Need for Speed se pueda disfrutar sin tener que reclamarle cada uno de sus nuevos aspectos.

De hecho, la resolución de esa idea se da rápidamente, ni bien participamos de las primeras carreras, recorremos un poco su mapa, e interactuamos con sus personajes centrales. La simpleza es lo que siempre brilló en Need for Speed y es todo lo que necesita para divertir y dejarse disfrutar sin temor al aburrimiento o las frustraciones.

Al contrario de lo que intentaron hacer durante todos estos años, Heat ofrece un mapa de mundo abierto que es tan solo el lienzo que sostiene a su progresión definitivamente lineal: lo mismo que hacían Underground 1 y 2, y el Most Wanted original. Vamos desde el punto “A” al punto “B”, tan solo para participar de una carrera o continuar con la historia, pero sin necesidad de meternos en sidequests ridículas que nos hacen perder el tiempo, y peor aún, que no sirven siquiera para grindear puntos de experiencia.

Por otro lado, Palm City es una imitación brillante de lo que sería la Miami de nuestro universo, con escenarios muy interesante y realistas, lo que provoca una especie de comodidad al circular por esta zona moderna, conformada por calles, avenidas y autopistas de un excelente diseño y un nivel gráfico impactante.

El contexto es ideal para desarrollar estas carreras en las que también se entrometerá la policía de turno: durante la noche se dan picadas ilegales a través de toda la ciudad, debido a que Palm City es la cede del Speedhunter Showdown durante el día, un torneo nacional de carreras legales. Para contener la situación, la policía conformó una fuerza especial, con poderes especiales, para arrasar con cualquiera que esté circulando un auto preparado, aun cuando no esté participando de nada.

Para construir esto, las escenas cinemáticas de altísimo nivel técnico proponen que los integrantes de esta fuerza están dispuestos a todo, hasta a cobrarse la vida de algún que otro corredor para demostrar lo mal que está el conflicto, y lo imprescindible que es actuar con mano dura para barrer con este flagelo de una vez por todas hasta acabar con el torneo legal de competencias.

Como nuevos corredores de esta ciudad -llegados para participar del Showdown- nos sumergiremos en el mundo del tuning y las competencias callejeras mediante dos hermanos que tienen uno de los principales talleres de preparación de la zona, y como no podía ser de otra manera, hay grupos rivales con los que habrá que competir para escalar puestos de prestigio en la disciplina.

En cierto modo, los aspectos de las personalidades de ambos hermanos son dos caras de la misma moneda, y determinan una de las novedades de gameplay más importantes de Heat. Mientras que a través de Lucas participaremos de las competencias legales del Showdown y recibiremos las partes para mejorar cada uno de nuestros autos, su hermana menor Ana nos llevará a la escena nocturna para participar del circuito ilegal y así obtener prestigio.

Antes de salir del garage, el juego nos permite elegir si queremos correr de día o de noche, lo que en resumen significa que participaremos en competencias legales para sumar dinero, o en competencias ilegales para subir puntos de experiencia, desarrollando una variable estratégica que mantiene al jugador administrando cada detalle de su plantel de vehículos y mejoras a través de un sistema de progresión que, sin lugar a dudas, permite personalizar la experiencia de manera profunda y única para cada competidor.

El gameplay hace lo suyo incorporando una mecánica que -aunque usted no lo crea- parece heredada de los más recientes Mario Kart, que deberemos dominar para tener éxito en las curvas, y en definitiva, para terminar venciendo en cada competencia. Se trata de una especie de derrape que no termina de soltar el control del vehículo con el que la curva se hará más rápida y nos dejará mejor parados para salir con mayor velocidad una vez que encontramos la recta. Es un diferencial extraño para quienes gustan de los juegos de alta velocidad con aires de simulador, pero también es hacerse cargo de la extrema naturaleza arcade que siempre ofreció la serie.

Need for Speed Heat cuenta con un catálogo de alrededor de 130 autos, con el regreso de la marca Ferrari luego de haberse escapado la licencia en entregas anteriores, y cada uno de ellos cuenta con una enorme cantidad de mejoras de performance y estéticas como nos tiene acostumbrado la serie hace más de una década. Todos los elementos externos se conjugan perfectamente en los espectaculares modelos de cada vehículo, y como se acostumbra en los títulos más modernos del género, también se pueden descargar skins desarrolladas por la comunidad con tan solo entrar al correspondiente apartado de cada modelo de auto.

Como ya es costumbre para los títulos de Electronic Arts, Ghost Games ha tenido que volver a exprimir al máximo las posibilidades del Frostbite Engine, el cual ha adquirido fama de poco versátil tras las filtraciones post-debacle de Anthem. Y lo cierto es que Heat se ve espectacular, ofreciendo efectos extremadamente modernos y texturas de altísima resolución, pero no está muy bien optimizado, haciendo sufrir hasta a las placas de video más potentes de la actualidad.

El motor logra hacer transiciones realmente increíbles entre el día y la noche, el cielo cubierto y la tormenta, acompañado por espectaculares sistemas de iluminación que decoran todo rincón de la ciudad con carteles de neón y sistemas de particulas que se reflejan en cada superficie que los rodea, y aun cayendo a los temibles 30 cuadros por segundo, mantiene el ritmo de juego como si nada se sintiera afectado. Es quizá en lo único que habría que darle nuestros respetos al motor desarrollado por DICE hace ya más de diez años: si se cae a pedazos, hace todo lo que tiene que hacer para que no lo parezca.

Por el lado del audio, Heat cumple con todo lo que tiene que hacer, pero no mucho más, ofreciendo la posibilidad de modificar el sonido de los escapes de nuestros autos en el taller para que la experiencia sea personalizada, y acompañando con buenos sistemas de ambiente sin sobresalir demasiado. La banda sonora tampoco ayuda mucho porque está llena de bandas modernas de hip hop, reggaeton y trap de poca trascendencia, con algunas excepciones como Diplo, Cardi B, Post Malone, Elvis Crespo, y algún otro que seguramente se escapa.

Es difícil considerar a Heat como el regreso a la gloria de la franquicia, pero es un gran paso hacia encontrar el camino perdido hace ya tantos años. El juego es completo, accesible y a la vez, simple, sin intervenciones extrañas y molestas que separan al jugador de la acción instantánea y divertida. De algún modo, vuelve a ofrecer todo lo que se busca en juegos de este particular subgénero, pero al contrario de Rivals, Need for Speed 2015 y Payback, lo hace sin la intención de frustrar al jugador o sumergirlo en una pesadilla de grindeo que no muchos están dispuestos a sufrir.

Este review fue realizado con una copia de prensa proporcionada por Electronic Arts.

Need for Speed Heat - Review
Gameplay80%
Gráficos90%
Musica y Sonidos80%
Multiplayer70%
Lo bueno:
  • Simplificación de recursos para una mejor experiencia.
  • Conserva algo del ADN de sus más aclamados antecesores.
  • Excelente presentación.
Lo malo:
  • Problemas de rendimiento en las más altas configuraciones.
  • La banda de sonido no hace honor a la franquicia.
80%Nota Final
Puntuación de los lectores: (16 Voto)
76%

Sobre El Autor

Edición y redacción. Diseño.

Temperley. Buenos Aires. Argentina

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