Como muchos fans especularon durante años, la tercera entrega de Borderlands iba a llegar, tarde o temprano, a la nueva (o casi vieja) generación de consolas para terminar de cerrar el círculo de una franquicia que fue amada por muchos durante la era de PlayStation 3 y Xbox 360. Finalmente, Borderlands 3 arriba a nuestro mundo moderno cinco años después de The Pre-Sequel para demostrar de una vez por todas cómo se puede ampliar la fórmula gracias al hardware más potente con el que contamos, y realmente solo prueba una cosa: la fórmula no tiene mucho más hacia dónde ampliar. Nuestros héroes de turno son reclutados por la sirena Lilith para formar parte de un grupo protector de Pandora llamado Crimson Riders, quienes a su vez descubren la existencia de las Vaults en otros planetas del sistema. Tras solucionar unos inconvenientes con la facción de turno -los Children of the Vault- los Crimson Riders ponen en marcha la nave Sanctuary III, que pasa a ser la nueva base de operaciones (donde encontraremos todos los puestos para hacer diferentes compras) desde la que partirán hacia nuevos rumbos para ayudar a ex-Vault Hunters en nuevas guerras que se han desatado a través de las nuevas locaciones. Como siempre, el contexto en esta serie es lo de menos, y tan solo sirve para llenarnos de ruido todo el tiempo con personajes que no saben callarse ni cuando ya hemos resuelto la mayor parte de sus problemas. Sin embargo, gracias a un desarrollo argumental mucho más profundo que en otras ocasiones, el juego nos llevará a un número de variadas locaciones que proponen una experiencia moderna y dinámica. Quizá lo que más ha mejorado en Borderlands 3 es el combate, tanto por el diseño de niveles como por las posibilidades de la infinita combinación de armas y las habilidades de personaje. Gracias a la inclusión de nuevas clases, el juego propone combinar habilidades con disparos desde el primer minuto de gameplay. Es una mecánica fundamental para poder avanzar sin problemas, y en cierto modo, amplía el atractivo visual para que cada jugador explore sus posibilidades constantemente. El planteo de las cuatro nuevas clases es realmente excepcional, lejos de parecerse a cualquier cosa que podamos experimentar en cualquier otro título de disparos: FL4K, un robot nómade amigo de los animales permite elegir entre diferentes bestias para aprovechar su asistencia y cuenta con fuertes ataques a distancia para diezmar las defensas enemigas rápidamente, pero a su vez también ofrece habilidades de sigilo. Amara es una sirena que domina las proyecciones astrales, acostumbrándonos a ver salir del entorno de su cuerpo múltiples brazos, puños gigantes o bolas de energía para ejecutar diferentes ataques a media distancia o golpes que inhabilitarán a varios enemigos dentro de su rango de ataque. Zane es lo más parecido a un soldado tradicional, con la excepción de controlar las tecnologías para ampliar sus ataques con la incorporación de drones que despliegan barreras de defensa, atacan a los enemigos o activan clonaciones holográficas para despistar a los enemigos, permitiendo también teletransportarnos a esos lugares. Y finalmente tenemos a Moze, una guerrera especialista en armas de grueso calibre que cuenta con la habilidad de materializar a una enorme mecha de guerra que le permite hacer uso de su railgun, su lanza granadas o sus miniguns para proporcionar devastadores ataque a grupos de enemigos a cambio de una reducción en su movilidad. Estas cuatro clases ofrecen cuatro amplios árboles de habilidades que nos permitirá rápidamente desbloquear nuevas características para personalizar nuestro estilo de juego. Borderlands 3, como lo dicta el género que la propia serie puso en el mapa, está todo el tiempo recompensando con loot o con la posibilidad de subir de nivel y activar cosas constantemente. Como lo mencionamos anteriormente, el gran diseño de niveles -que ofrece caminos alternativos e intrincados despliegues de cobertura- es parte fundamental para hacer que la experiencia se mantenga divertida e interesante, pero Borderlands 3 vuelve a sufrir de la repetición de gran cantidad de misiones que nos obligan a hacer lo mismo una y otra vez. Esta repetición de estructuras ya es parte del ADN de la franquicia, pero a esta altura es algo difícil de justificar desde un punto de vista objetivo, considerando que luego de The Pre-Sequel hemos sido testigos de grandes ejemplares del género como Destiny 2, The Division 2 y las nuevas iteraciones del interminable Warframe, donde no solo nos encontramos con la maestría de Bungie o Digital Extremes para construir mapas de una dinámica inigualable, sino que también acompañan a la narrativa con objetivos variados y grandes momentos de acción memorables. Esto lleva a más problemas para quienes buscan una aventura llena de novedades, ya que más allá de ofrecer mutaciones de armas que realmente pueden llegar a hacer cualquier cosa – más que nunca – Borderlands 3 no se la juega por ningún apartado novedoso, algo que sirva de diferencial para sumergirnos en este nuevo viaje, más allá de las marcas registradas de la franquicia como el humor, por ejemplo. Y en ese caso quizá también tenemos que poner un asterisco. Si bien el humor satírico e irreverente fue algo que caló profundo en mucho de sus fans, Borderlands 3 intenta elevar la apuesta con chistes que ya no causan demasiada gracia, navegando entre lo inocentonto y lo escatológico, digno de escritores a los que ya se les ha pasado el cuarto de hora y no encuentran la forma de ser modernos para un público que ha evolucionado o simplemente cumplido años. No faltan los nombres con las letras cambiadas o los chistes de gente defecando, y los clásicos estereotipos del gordo tonto o el flaquito que solo sirve para lamerle las botas a un bruto gigantón que tampoco debe entender demasiado de qué se trata su rol en toda esta ridícula construcción. El trabajo narrativo es tan flojo que el propio Randy Pitchford haciendo trucos de magia en un escenario es mucho más interesante que todos los diálogos en tono humorístico que ofrece esta entrega. Como no podía ser de otra manera (porque seguramente también les sirvió para reciclar), Borderlands 3 corre sobre la más moderna versión de Unreal Engine, y ni bien desembarcamos en su primer mundo, echa por tierra los temores de muchos de sus fans que esperaban ver una reconstrucción en tono de remaster de los assets de juegos anteriores. A su manera, Borderlands 3 se ve de maravillas, siempre invadido por el pasado de moda cel-shading pero con un nivel de texturas y modelos de personajes que realmente dejan con ganas de verlo con un shading más natural. A los modelos detallados y texturas preparadas para ser reproducidas en pantallas 4K sin problemas, se le suman los más modernos artilugios tecnológicos para darle más forma a este mundo caricaturesco, con oclusión ambiental detallada, efectos de reflejos de espacio de pantalla, teselación, grandes sistemas de iluminación y partículas, y sub surface scattering, dejando de lado el ray tracing, por supuesto. Si bien podría estar mejor optimizado -más que nada considerando su estilo visual-, Unreal Engine es reconocido por su versatilidad, y escala más que bien a través de todo tipo de hardware, proponiendo momentos cargados de enemigos, efectos de partículas y todas las habilidades de los jugadores corriendo al mismo tiempo sin perder demasiado la postura, lo cual es por demás util para un mundo que se acerca a una nueva generación de consolas, y por lo tanto, a un sustancial salto en el uso del hardware de computadoras. El apartado sonoro de Borderlands 3 hace honor a su dinastía, pero no dejan de molestar las constantes voces que nos acompañan a través de todos los rincones de los lugares a los que visitamos. Es casi como la búsqueda por batir un record que a nadie le interesa, la de meter más cantidad de voces actuadas por cada segundo de juego. Todo está bien desarrollado, pero es irritante el exceso de intervenciones que han planteado quizá buscando que aun jugando solos, estemos acompañados, por más que se trate de una compañía llena de chistes tontos como los que puede contar un abuelo. En definitiva, Borderlands 3 es más Borderlands para los fanáticos de la serie, pero no invita a la innovación ni busca alcanzar el interés de quienes siempre lo vieron de lejos. Las clases son realmente excepcionales y los mapas son muy atractivos, pero al caer en los mismos lugares de siempre, no existe incentivo más que el de expandir la historia de los viejos Vault Hunters y la llegada de los nuevos Crimson Riders, con lo poco que eso significa para quienes intentan empezar a sumergirse en este amplio universo. Este review fue realizado con una copia de prensa proporcionada por 2K Games/Gearbox Software. Borderlands 3 - ReviewHistoria70%Gameplay80%Gráficos85%Música y Sonidos80%Multiplayer0%Lo bueno:Más Borderlands para los fansExcelentes nuevas clasesMejoras en la producción audiovisualLo malo:Irritantes intervenciones de constantes diálogosSigue siendo un refrito de la fórmulaHumor pasado de moda y de poca calidad2019-10-1780%Nota FinalPuntuación de los lectores: (4 Voto)61%Comparte esto:Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en X (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Threads (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Telegram (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Reddit (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Pocket (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para enviar un enlace por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva) Dejar una respuestaCancelar respuesta