Cuando nos tocó analizar Divinity: Original Sin en 2014, llamamos a aquel juego la “punta de lanza” en una nueva era para el género RPG. El tiempo no hizo más que darnos la razón, ya que el genial juego de Larian Studios abrió las compuertas para que un torrente de juegos de rol clásicos inundara nuestras PCs. Juegos tan excelentes como Wasteland 2, The Age of Decadence, Torment: Tides of Numenera y, principalmente, Pillars of Eternity siguieron el camino marcado por Larian y llevaron al RPG para computadoras a su segunda edad de oro. Ahora esa segunda edad de oro está en la cresta de la ola. Un género que parecía muerto ha cobrado una nueva fuerza inusitada, y estamos aquí sentados, a la espera de otra media docena de títulos, juegos originales y secuelas por venir. Pero en el medio de esta vorágine, es la propia Larian la que vuelve a marcar el ritmo con Divinity: Original Sin 2. Un juego que busca construir sobre todo lo bueno creado por la primera entrega, mientras impulsa al género RPG en una nueva y excitante dirección. Una buena noticia para quien no hayan tenido la suerte de jugar Divinity: Original Sin, es que no es necesario tener fresco aquel juego para disfrutar de su secuela. Original Sin 2 se ubica temporalmente unos 1000 años después de los eventos de la primera parte, y las acciones de los Source Hunters en la ciudad de Cyseal han pasado a formar parte de las leyendas. En este nuevo juego, Larian se aboca a contarnos una historia novedosa y completamente autocontenida, por lo que Original Sin 2 es una opción perfecta para sumergirse en el mundo de Rivellion. Una diferencia fundamental entre Original Sin 2 y su antecesor es el tono de la historia. Uno de los pocos elementos negativos que encontramos sobre aquel juego venía dado por su propensión a excesos de humor que empañaban una historia que nunca terminaba de despegar. Original Sin 2, en cambio, es un juego bastante más serio y enfocado. Esto no quiere decir que Larian no se tome la libertad de incluir algunas notas de humor aquí y allá, pero al prestar atención a la gran pintura nos vamos a encontrar con una historia épica, madura y poblada de maravillosos personajes. Dividido en cuatro actos, el cuento que se nos narra en este juego es el de una pequeña banda de Sourcerers (es decir, usuarios de la poderosa fuente de energía conocida como el source) que son elegidos por las divinidades para transformarse en Godwoken, candidatos a ascender al estatus divino. La historia cuenta con todos los ribetes clásicos de la alta fantasía: una fuerza maligna y poderosa que amenaza al mundo (el void), y una andrajosa banda de héroes en camino a enfrentarla. Pero Original Sin 2 se aleja de los lugares comunes de este tipo de relatos fantásticos de las formas más originales e innovadoras. Tomemos por ejemplo a los miembros de nuestro grupo. En Original Sin 2 podremos usar hasta cuatro personajes a la vez, ya que a nuestro personaje jugador se pueden sumar hasta tres miembros más del grupo de aventura. En este aspecto Larian ha agitado un poco los formatos para darle opciones al jugador. Si lo deseamos, podemos componer nuestro grupo de cuatro personajes creados por nosotros. Otra opción es la de incorporar al grupo algunos de los seis NPCs compañeros que presenta el juego. Y en este caso, se nos otorga la excelente alternativa de elegir nuevas clases para los compañeros por fuera de sus clases predefinidas. La alternativa más novedosa, quizás, es la que nos permite encarnar a uno de los mencionados NPCs y sus llamadas Origin Stories, de forma que podremos encarar la aventura desde una óptica inédita: la de un personaje compañero. Imaginen lo que sería Baldur’s Gate si pudiéramos jugar con Minsc o Planescape: Torment bajo el mando de Morte. Bueno, Original Sin 2 nos permite tomar ese ángulo para encarar la historia. Afortunadamente, el nivel del guion en cuanto a estas Origin Stories es elevado. Ya sea que interpretemos a cualquiera de estos personajes, o lo llevemos en nuestro grupo, nos encontraremos con historias y personalidades interesantes. En lo particular, el personaje que más me ha gustado dentro del grupo es Lohse, una joven artista que se transforma en anfitriona involuntaria de una poderosa fuerza demoniaca. Su historia recorre momentos de mucha tensión y emoción para culminar en un enfrentamiento de un nivel épico pocas veces visto en este estilo de juegos. Y allí radica la fuerza de Divinity: Original Sin 2. En el hecho de que por fuera de una historia principal bien narrada y de corte épico existen una multitud de pequeñas historias igualmente interesantes. Ya sea que estemos investigando la maldición demoniaca que azota a una sombría isla, o rescatando los huevos de una gallina desconsolada, cada una de estas narraciones, grandes y pequeñas, está construida con una gran cuota de atención al detalle y pericia narrativa. La forma en que la historia –y las historias- de Original Sin 2 se desenvuelve a lo largo del juego casi no conoce paragón en el mundo de los RPG, y solo un juego se le compara en este aspecto (ya todos saben de cual estoy hablando, me imagino). No estaría mal decir que la faceta narrativa de Original Sin 2 se inspira fuertemente en los viejos clásicos del género. Pueden verse en la producción de Larian elementos que recuerdan a juegos legendarios como Ultima 7 o Baldur’s Gate. Ahora bien, al referirnos a la faceta de combates tácticos, vamos a encontrar que Larian ha buscado sus inspiraciones en otro tipo de juegos. Los combates de Original Sin 2 están a un nivel que poco tendría que envidiarle a XCOM de Firaxis, actualmente el principal exponente de dicho género. En realidad, no estamos descubriendo nada con dicha afirmación, ya que la faceta táctica no ha cambiado demasiado con respecto a lo visto en el Original Sin original. Tampoco que hubiese demasiado que arreglar. Al igual que en el primer juego, los combates se dirimen por turnos basados en un sistema de puntos de acción. Lo que hace más interesantes a las peleas es el hecho de que los distintos hechizos y habilidades elementales pueden usarse y combinarse con el escenario para crear distintas superficies y estados alterados. Por ejemplo, podemos crear un pequeño incendio, y luego invocar lluvia para crear vapor a partir de las flamas. Entonces se puede completar el combo lanzando una saeta electrificada a la nube para freír a todos los enemigos que se encuentren dentro. Estos combos ya eran marca registrada del primer Original Sin, y aquí Larian ha mantenido la faceta táctica mayormente intacta. El agregado de superficies benditas y malditas es tal vez el mayor cambio. Por ejemplo, podemos maldecir una superficie incendiada para crear necrofuego (una forma de llama que no se apaga por medios normales) o bien podemos bendecirla para crear una superficie de flamas sagradas con capacidades curativas. De una forma u otra, disponemos de infinidad de opciones a la hora de manipular las batallas a nuestro favor. Con respecto a las habilidades, las clases centrales de primer juego regresan, con todo tipo de bolas de fuego, ataques furtivos e invocaciones. Una vez más, las clases no están escritas en piedra, y es posible impulsar a nuestros personajes en distintas direcciones al subir de nivel. Por otro lado, se agregan algunas clases nuevas, como el poderoso polimorfo, un guerrero que puede modificar su cuerpo en combate para volverlo extremadamente versátil. La capacidad de “desplegar las alas” para moverse con soltura por el mapa es solo un ejemplo de las opciones tácticas que permite esta nueva clase. Otro cambio importante es la introducción de niveles de armadura física y armadura mágica que protegen contra distintos estados alterados. Por ejemplo, si queremos noquear a un enemigo, primero tendremos que acabar con su armadura física. De igual manera, si queremos petrificarlo, primero tendremos que aniquilar su armadura mágica. La existencia de estas dos barreras profundiza las opciones tácticas, y nos obliga a evaluar en todo momento a quien estamos atacando, con qué tipo de ataque y cuál es su nivel de resistencias. Claro está, lo mismo ocurre cuando nos toque evaluar las defensas de nuestros personajes. Y aquí debemos resaltar el único elemento que tal vez resulte algo incómodo para algunos jugadores de Original Sin 2: Se trata de un juego extremadamente difícil. Larian ha incluido tres niveles de dificultad: explorador, clásico y táctico. El nivel táctico está pensado para jugadores extremadamente avanzados y no puedo recomendarlo para una primera aproximación al juego. El nivel clásico, por otro lado, se siente mucho más justo, pero presenta elevados picos de dificultad que pueden resultar algo frustrantes. Incluso en el nivel explorador, pensado para ser una suerte de “story mode” similar a lo esgrimido por Pillars of Eternity, pueden aparecer picos de dificultad. Original Sin 2 es un juego que obliga al jugador a usar todas las herramientas de la caja de cara al combate, y hace falta un cierto nivel de paciencia para afrontar los enfrentamientos más complejos. Finalmente, hay un tercer aspecto a señalar de Original Sin 2, y es el de sus sistemas de itemización y exploración. Al igual que en la primera entrega, el loot es mayormente aleatorio, y podremos recoger casi cualquier cosa que no esté clavada al suelo. La gran mayoría de los objetos pueden luego ser utilizados en un complejo (y algo críptico) sistema de crafting. Casi cualquier cosa que podamos imaginar puede ser construida, desde pergaminos mágicos y pociones hasta distintos tipos de comidas tales como pizzas o pasteles de manzanas (que, desde luego, brindan beneficios en combate). A un nivel mayor que lo visto en el primer juego, el sistema de ítems de Original Sin 2 está puesto al servicio de un conjunto de aventuras, desafíos y acertijos que poco y nada tienen que envidiarle a una aventura gráfica clásica en la vena de Monkey Island o Gabriel Knight. Los puzles en Original Sin 2 van desde lo relativamente simple (usualmente ligados a la trama principal) hasta lo endemoniadamente complejo. Al punto de que muchas veces tendremos que pensar de manera creativa y “por fuera de la caja” para encontrar la respuesta. Y es que no sólo los ítems se involucran en estos desafíos, sino también las habilidades. El hechizo de teletransportar, tan útil en combate para intercambiar posiciones o arrojar barriles de aceite sobre los enemigos, se puede volver fundamental a la hora de alcanzar lugares inaccesibles durante nuestras exploraciones. La habilidad de Pet-Pal, una vez más, nos permite hablar con los animales, lo cual no solo es enormemente divertido, sino que muchas veces abre puertas y caminos alternativos para resolver las distintas misiones. Finalmente, a mediados del juego obtenemos la habilidad de ver los espíritus de los muertos, se trata de otro elemento que nos deja vislumbrar toda una nueva capa del juego, y que da lugar a nuevas aventuras, nuevas soluciones, y nuevas opciones en general. Como mencionamos anteriormente, las historias que presenta Original Sin 2 son enormemente interesantes, y el nivel de interactividad que se nos brinda para con el mundo y sus habitantes hacen que cada una de estas historias se sienta absolutamente fresca e interesante. No hay en Original Sin 2 dos misiones similares, ni nada remotamente similar a las típicas “grind missions” que azotan a otro tipo de RPGs más mundanos considerados “modernos”. Y para cada una de las aventuras de juego usualmente hay al menos cuatro o cinco soluciones absolutamente viables. No existe juego de rol con un nivel de interactividad con el mundo y un abanico tan grande de decisiones abiertas al jugador. Ni siquiera aquel eximio juego que mencionamos algunos párrafos más arriba… ya todos saben cuál es. En cuanto al aspecto audiovisual, Original Sin 2 representa un paso adelante no solo con respecto a su antecesor, sino con el género del C-RPG en general. Si bien la perspectiva isométrica se mantiene (y la cámara sigue estando tal vez demasiado pegada al suelo), el aspecto gráfico ha sido mejorado enormemente. Tanto a un nivel técnico como a un nivel artístico, Original Sin 2 es una maravilla gráfica, y sus distintos paisajes son dignos de admirar. Ni que hablar de las fantásticas secuencias de combate, potenciadas por deslumbrantes efectos para cada hechizo. Otro elemento que también ha sido mejorado es el apartado sonoro. La banda musical utilizada para este segundo juego no tiene nada que envidiarle al primero, con acordes épicos y emocionantes puestos al servicio de la narrativa. La gran diferencia con respecto al primer Original Sin (no así a su versión mejorada) es el hecho de que todas las líneas de dialogo cuentan con un acompañamiento de voz en inglés. ¡Absolutamente todas! Y son muchas. Tal vez el aspecto más acertado es la decisión de Larian de dotar de voz al narrador del juego. Una característica que no sabía que quería en un C-RPG pero que ahora en más voy a exigir de todo juego d este estilo. Por lo demás, si viajamos fuera de la aventura para un solo jugador, vamos a encontrar que Larian ha incluido toda una serie de opciones para disfrutar de Original Sin 2 en compañía de amigos. En primer lugar es posible afrontar la campaña de forma cooperativa para hasta cuatro jugadores, con distintas opciones de interacción con el juego (ya sea en la misma PC a pantalla dividida, a través de red local, internet o combinaciones de cualquiera de estos formatos). La campaña en multijugador es sin dudas divertida, pero puede lugar a situaciones caóticas cuando distintas filosofías de cómo afrontar el juego y resolver los problemas inevitablemente colisionen durante la sesión de juego. Nada peor para un jugador que haya escogido infiltrarse en un fuerte ver como el resto de su grupo asalta por la fuerza la puerta principal alertando a todos los guardias de la zona. Si la historia central termina resultando algo inmanejable, Larian también ha incluido un módulo de edición de campañas que nos permite construir nuestras propias aventuras y oficiar de Dungeon Master para un grupo de amigos. Este es tal vez el modo más “de nicho” que presenta Original Sin 2, pero que hará sin dudas las delicias de los fanáticos de rol de mesa clásico. Es algo similar a lo que intentó Neverwinter Nights en su momento, por lo que el público afecto a este tipo de opciones tiene motivos de sobra para ponerse feliz. Finalmente, Liaran también ha incluido un modo multijugador competitivo donde podremos medir fuerzas y capacidad táctica con otros jugadores en escenarios de combate predefinidos. Lo interesante de este modo de juego es que los combates que vamos a encontrar aquí tienen poco y nada que envidiarle a lo que vamos a encontrar en el juego principal. Y aún más, enfrentar a otra inteligencia humana hace que Original Sin 2 sea aún más entretenido y desafiante. De hecho, este modo esta tan bueno que tranquilamente podría evolucionar en un spin-off propio con pretensiones competitivas. Al hablar de Divinity: Original Sin 2 estamos hablando de varias cosas a la vez. En primer lugar estamos ante la que sin duda es la opera prima de Larian Studios. Si Divinity: Original Sin era un juego con grandes ideas que se quedaba algo corto en algunos departamentos, Original Sin 2 es la consagración de esta franquicia de PC como una de las más grandes franquicias dentro del mundo de los videojuegos. Cuando hablamos de Divinity: Original Sin 2 también hablamos de la consolidación definitiva del renacimiento del C-RPG. El movimiento comenzado precisamente por Larian allá por 2014 no ha aminorado su marcha. Es más, ha acelerado. Y hoy estamos aquí esperando el lanzamiento de juegos como Wasteland 3, Pillars of Eternity 2 o Pathfinder: Kingmaker. Por lo pronto, podemos decir que Larian una vez más ha elevado la vara en cuanto a nivel de calidad para este particular género. Finalmente, cuando hablamos de Divinity: Original Sin 2 estamos hablando de otra cosa. Y aquí sé muy bien que voy a lanzar una apreciación personal y muy subjetiva, ciertamente sujeta a críticas. Es que cuando hablamos de Divinity: Original Sin 2 estamos hablando del juego que probablemente sea el más acabado y mejor exponente del género RPG. Estamos hablando del mejor RPG para computadoras de la historia. Si, todas esas alusiones veladas a The Witcher 3 en esta reseña no fueron casualidad. Por mi parte, creo que de ahora en más el brujo Geralt deberá contentarse con un muy digno segundo puesto. Este review fue realizado con copias de prensa proporcionadas por Larian Studios. Divinity: Original Sin 2 – ReviewHistoria100%Gameplay95%Gráficos95%Música y Sonidos95%Multiplayer100%Lo bueno:Excelente campaña principal y nivel narrativoSuperlativos modos multijugador que podrían justificarse como productos aparteGran trabajo audiovisualLo malo:La cámara podría mejorarsePicos de dificultad que pueden frustrar a algunos jugadores2017-09-26100%Nota FinalPuntuación de los lectores: (21 Voto)79%Comparte esto:Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en X (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Threads (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Telegram (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Reddit (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Pocket (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para enviar un enlace por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva) 8 Respuestas Black Waters 26 de septiembre de 2017 Lindo juego… hasta que llegás a Arx y comienza la propaganda LGBT. Responder Putin-kun 28 de septiembre de 2017 Good writing I like … without doubt one of the best RPGS of the decade, not to mention history because of its purity Responder Dejar una respuestaCancelar respuesta
Black Waters 26 de septiembre de 2017 Lindo juego… hasta que llegás a Arx y comienza la propaganda LGBT. Responder
Putin-kun 28 de septiembre de 2017 Good writing I like … without doubt one of the best RPGS of the decade, not to mention history because of its purity Responder