Firewatch – Review

Ya podemos considerar la existencia de un nuevo género dentro del mundo de los videojuegos, los llamados “Walking Simulators”, es decir juegos enfocados en recorrer un escenario interactivo explorando y absorbiendo el ambiente y la historia. Se trata de juegos livianos en gameplay, que usualmente carecen de combate, puzles u otras mecánicas jugables. Dear Esther, Gone Home o The Vanishing of Ethan Carter podrían servirnos de ejemplo si queremos hacernos una idea acerca de que estamos hablando exactamente.

Firewatch es un título fácilmente encasillable dentro de este género. Se trata del título de debut de Campo Santo y fue lanzado tanto en PC como en Playstation 4. Los acontecimientos en este juego tienen lugar dentro del parque Shoshone en Wyoming, USA, en el año 1989. Y al igual que ocurre con otros juegos de este estilo, lo que el titulo ofrece no parece ser para cualquiera. Aquellos buscando acción y emoción deberán mirar hacia otro lado. En cambio los que se interesen más por la construcción de personajes o una historia bien contada tal vez se sientan más cómodos con Firwatch. Aunque sobre la historia del juego en si será necesario hacer algunas observaciones.

Como ya mencionamos, el juego nos transporta a 1989. Nuestro protagonista, Herny, toma un empleo voluntario de guardián de incendios en el parque Shoshone. Se trata de un trabajo solitario y monótono, donde los días se escurren uno tras otro con pocos incidentes. Un trabajo ideal para la gente que busca huir de sus vidas. Y Henry tiene sus propias razones para esta huida, razones que son presentadas en un pequeño relato interactivo al comienzo del juego.

El único contacto constante con otra persona que mantiene Henry es con su colega y superior, Delilah, quien tiene su propio puesto de observación varias millas más al norte de donde se encuentra Henry. Poco a poco, mediante sus conversaciones por radio, los dos solitarios guardianes comienzan a forjar una relación que el jugador puede influir con un sistema de diálogos de múltiples opciones.

Tanto Henry como Delilah están escritos de una manera muy creíble. Ambos son personajes imperfectos y dañados, que usan su solitario trabajo para huir de las complicaciones que existen en sus vidas. En las manos del jugador queda la decisión de cuál es el vínculo que se forma, a lo largo de los 80 días que recorre el juego, entre Henry y Delilah. Y este tal vez es el elemento más intrigante y original de Firewatch. Ayuda en este aspecto mucho que sus dos personajes se sienten, se escuchan y hasta lucen como personas comunes (Henry está muy lejos de ser el “Brown-haired-white-dude” que puebla todos los juegos de acción hoy en día).

Pero esto no es todo lo que ofrece Firewatch. Ya que Henry también deberá cumplir con sus tareas de guardián del parque. Algunas de las actividades a realizar son bastante mundanas, tales como encontrar a algunos adolescentes que están lanzando fuegos de artificio o comprobar el estado de las líneas telefónicas tras una tormenta. Pero poco a poco, a medida que avanza la aventura, comienza a aparecer un misterio más profundo, que pone en peligro a Henry, a Delilah y a la integridad del parque.

En lo particular, este misterio no me ha terminado de cerrar. El planteamiento es interesante y funciona como un buen gancho para interesarse por la historia. A medida que recorramos el parque vamos a ir encontrando notas y pistas sobre las vidas de anteriores guardianes, así como también rastros de la posible presencia de agentes hostiles en las inmediaciones. Pero lamentablemente, el gran misterio que presenta al juego se desinfla hacía el final, llegando a una conclusión que peca de ser demasiado conveniente y confusa al mismo tiempo. Además, otros misterios accesorios a la historia central también se evaporan en el aire, dejando al jugador con gusto a poco.

Por lo demás, todo lo que haremos en el parque será caminar. El escenario en si es bastante más pequeño de lo que aparenta, y la duración del juego es bastante corta (me ha llevado tres horas superar el título). Pero la mayor parte del tiempo nos la vamos a pasar caminando de un punto a otro. Para orientarnos en el parque vamos a contar con un mapa y una brújula, pero la verdad sea dicha la mayoría de los caminos existentes son bastante lineales. Existen algunos bloqueos, tales como zarzas de ramas enredadas o pendientes muy pronunciadas, que solo podremos superar al conseguir ciertos objetos, pero todos estos elementos están atados a distintos momentos de la narrativa.

Por suerte, el excelente trabajo gráfico con el que cuenta el juego nos asegura que siempre vamos a tener algo bonito para ver mientras caminamos de un punto a otro dentro del bosque. Las distintas secciones del parque brillan con vida propia gracias al estilo gráfico y artístico que presenta el producto, y los efectos de luz y partículas ayudan a cargar el ambiente con personalidad y de una forma siempre adecuada. Más allá de Henry vamos a ver a muy poca gente a lo largo del juego, y siempre que lo hagamos será a la distancia por lo que solo vamos a poder distinguir contornos, así que los gráficos no van más allá del paisaje y de los objetos con los que podemos interactuar, todos ellos muy bien logrados con excelentes texturas de alta definición.

Donde Firewatch si destaca es en el apartado sonoro, en especial gracias al magnífico trabajo de voz de Rich Sommer y Cissy Jones, quienes interpretan a Henry y Delilah respectivamente. Sus interpretaciones son las que ayudan a elevar a Firewatch por encima de la media en relación con otras aventuras de este estilo. El trabajo musical también es aceptable, con tonos melódicos de guitarra apareciendo en algunos momentos puntuales de la historia para aumentar la tensión.

En definitiva, Firewatch es un juego que probablemente no sea para cualquiera. Lo que ofrece el producto es realmente escueto en cuanto a contenido, y la historia se vuelve más fuerte cuando explora la relación entre sus dos protagonistas que cuando intenta volcarse hacía resolver el gran misterio central. El hecho de que este misterio falle y se desinfle de manera bastante anticlimática al final del juego supone uno de los principales problemas de Firewatch. Pero no quedan dudas que estamos ante un juego competente, original y una gran presentación de Campo Santo como desarrolladora.