Si hay algo que ha sabido lograr George Lucas, desde que la pegó con la franquicia de Star Wars, fue construir un universo tan enorme que prácticamente en cualquier rincón de su existencia se puede generar un spin-off para explorar. Lo hemos visto cientos (o miles) de veces en todo tipo de medios, inclusive el de los videojuegos, y si hay buenos recuerdos para los jugadores de PC de la vieja escuela, algunos de ellos los han dado las entregas de X-Wing y Tie Fighter.

La premisa era tan simple y efectiva como la de este Squadrons que hoy nos reúne: combates espaciales con todo el catálogo de naves de la franquicia, para cumplir misiones de diferente índole, en diferentes escenarios.

La trama de Star Wars Squadrons nos lleva literalmente a controlar dos escuadrones de pilotos que se cruzan en batallas a través de la interminable guerra entre los rebeldes y el Imperio. Un piloto imperial, Lindon Javes, tras ver que a su bando se le está yendo la mano cuando se trata de civiles o desprotegidos, decide traicionar a su grupo y pide protección de la Nueva República a favor de informarles sobre las internas del enemigo. Pasan algunos años y Javes, ahora comandante de su escuadrón Vanguard, es convocado junto a su equipo para sabotear y capturar uno de los Star Destroyer del Imperio, desatando un conflicto que lo volverá a enfrentar a su antiguo grupo de villanos, el escuadrón Titán.

A partir de ahí, la campaña nos lleva a través de varios episodios que alternan entre el lado de los rebeldes y el lado de los soldados del Imperio, poniéndonos en el lugar del quinto integrante para cada uno de los escuadrones, en un contexto muy contenido y de poca escala, algo que quizá es lo más favorable para el relato.

Ni bien comenzamos a ser parte de los dos escuadrones, se nos presenta a los otros integrantes del grupo, un variopinto set de arquetipos muy apegados a la fórmula de la franquicia que, si bien no son trascendentales, cumplen sus lugares de forma correcta, también recordándonos a ejemplares muy similares, como los carismáticos pilotos de Star Fox – que seguramente estuvieron inspirados en esta franquicia.

Al igual que en la primer trilogía de las películas (la de Luke Skywalker joven adulto), los rebeldes están buscando la forma de darle un golpe contundente a las fuerzas del Imperio, y en este caso, el proyecto es tan secreto que solo el equipo liderado por Javes está al tanto de lo que tienen que hacer. Una vez que logran dar el primer paso, el escuadrón Titán es alertado de la presencia del traidor en los planes de la Nueva Republica, y la persecución se convierte en un drama personal entre ex compañeros.

La trama es dinámica y presenta buenos momentos a través de su decena y media de capítulos, y le hace muy bien el cambio de perspectiva constante entre ambos bandos, pero como era de esperarse, el desarrollo personal de cada protagonista es muy ligero y sin demasiados matices, resolviéndose prácticamente como un cuento para chicos en el que todo se divide entre blanco y negro, y no hay lugar a dudas de quiénes son los buenos o los malos, aun tras haber plantado a uno de los malos en las filas del bien.

Pero a pesar de todo eso, la campaña es por demás efectiva y presenta unos espectaculares momentos de dogfight, algo que realmente se extraña en el mundo de los videojuegos, haciendo una exploración completa a través de los 8 modelos de naves diferentes, para distintos tipos de objetivos.

Esto, además, es un buen entrenamiento para luego pasar al modo multijugador online, ya que cada modelo de nave tiene particularidades únicas, y un completo sistema de personalización que nos permite cambiar todas sus funcionalidades, empezando por el arma primaria y pasando por las funciones secundarias (que pueden ser reparaciones, armas o escudos), el casco, el motor y las contramedidas. Por otro lado, una vez que nos encontramos en el espacio exterior, también deberemos administrar hacia dónde direccionaremos la energía del sistema, eligiendo entre armas, motor y escudo, y constantemente ajustar la velocidad de navegación para llegar más rápido a los objetivos, o doblar mejor para evadir al enemigo.

Todos estos sistemas hacen que Squadrons se convierta en una vertiginosa danza de administración de sistemas y control de la nave que, aun en su simpleza, derrochan momentos de diversión por lo accesible y gratificante que es todo. No hace falta calcular nada, no hay pretensiones de simulación, sino que es una concatenación de perillas y botones a las que nos acostumbramos rápidamente y nos hace sentir verdaderos pilotos de estas naves, en medio del fragor de las batallas, sin perder un milisegundo tratando de adivinar cuál era el botón o dónde tenemos que mirar.

Gracias a esa aceitada mecánica, este también es uno de los juegos más fundamentales para todos los que tengan un casco de realidad virtual, porque no solo se ve bien desde el primer momento – ya que no hay que hacer más que cambiar la modalidad y centrar la visual para jugarlo – sino también porque, al contrario de cosas más completas como Elite Dangerous, en este tenemos todo a la mano, tanto al usar el teclado como al complementar con un gamepad, haciendo que la transición de monitor a VR sea sin sobresaltos.

Para lograr semejantes hazañas era por demás importante que los gráficos y sonidos acompañen, sobre todo al considerar la construcción de una atmósfera tan particular como es la de estar dentro de estas cabinas que ya tanto conocemos desde 1977.

Por el lado sonoro, como es de esperarse en esta franquicia, solo alcanza con replicar los efectos de sonidos que tanto nos recuerdan a las películas y la majestuosa banda sonora de John Williams, y Squadrons acierta en absolutamente todos esos aspectos, empezando por los sonidos de lasers y el pasar de los Tie Fighters, y terminando en pequeños detalles de interfaz que no podríamos asociar a otra cosa que a este universo. Quizá lo más flojo podría ser el nivel de las actuaciones de voces, pero no desentona con la calidad general del título.

Por otro lado, la parte gráfica también deslumbra gracias a una impecable utilización del interminable motor Frostbite, presentando materiales basados en físicas en todas las superficies que aparecen en pantalla, una iluminación brillante del espacio que recorremos, y despampanantes explosiones estilizadas de la misma forma que las películas. Es verdaderamente impresionante ser testigos en primera persona de estas batallas que antes solo podíamos ver en el cine y hoy, gracias a todo lo que hemos avanzado en cuanto a tecnologías gráficas, directamente somos parte sin perder un atisbo de calidad.

Y si bien para entrar en un casco de realidad virtual hay que hacer un tremendo downgrade gráfico, para poder reproducir lo mismo en dos pantallas a 90 cuadros por segundo, este es uno de esos títulos que no se pueden creer. Al igual que Half-Life Alyx, este es uno de los ejemplares que demuestran que esta nueva plataforma tiene lugar en las producciones mainstream con el mismo nivel de calidad que se espera al jugar en un monitor, y definitivamente queda como uno de los destacados del VR en 2020, al punto en que nos hace dudar si no fue diseñado primero para los cascos y después se les ocurrió expandirlo para el resto del público.

Otra de las grandes incorporaciones a este paquete es, sin dudas, la posibilidad de combatir contra otros equipos de pilotos en batallas aéreas que replican los mejores enfrentamientos de las misiones. En este caso se sigue una progresión muy similar a la de cualquier otro shooter en primera persona, con desbloqueos de armas y perks, sumándose también un ligero mercado de microtransacciones (porque no podría ser de otra manera), y por suerte, no discrimina entre jugadores que utilizan mouse y teclado, gamepad o cascos de realidad virtual, por lo que hubiera venido muy bien que, además, permita el juego crossplay con otras plataformas.

Además de los combates por equipos, Squadrons cuenta con una modalidad más compleja y estratégica llamada “Flota”, una especie de modo Rush de la serie Battlefield pero con dos bases, en lo que termina transformándose en un tira y afloje por conquistar la base enemiga mientras duren los tickets. Las batallas se desarrollan por etapas, empezando por conquistar el centro del mapa, enfrentándonos con enemigos de nuestro mismo calibre, pasando luego a vencer a dos fragatas de mayor potencia (como si se trataran de las torres de los MOBA) y finalmente tratando de destruir al gran destructor que hace de base. Es una modalidad mucho más atrapante que el team deathmatch y requiere de un poco más de comunicación con el equipo (para lo cual existen marcadores), y un poco de estrategia para saber dónde balancear la batalla para poder triunfar.

Lamentablemente, el apartado online no cuenta con la suficiente cantidad de contenido como para invitarnos a seguir jugando por mucho tiempo, sobre todo al considerar la poca cantidad de desbloqueo (o la utilidad de ellos) que hay para las naves. Además, al tratarse de puros momentos de dogfight, es poco probable que haya alguna innovación interesante en cuanto al diseño de mapas, ya ofreciendo variantes con obstaculos o bases en el centro incluidas en el paquete que llegó con el lanzamiento.

Y es una pena, porque realmente el gameplay es todo lo que hace falta para que se sigan generando grandes momentos de diversión en este pequeño título de una de las franquicias más aclamadas de todo el espectro del entretenimiento. Squadrons es eficiente en hacer divertir y replicar los combates que durante muchos años soñamos, pero no tiene mucho más para ofrecer que una linda y entretenida campaña, y algunas horas extra de multijugador. Quizá el mejor sea el próximo, si a Electronic Arts le va lo suficientemente bien como para seguir apostando a esta nueva serie.

Este review fue realizado con una copia de prensa proporcionada por Electronic Arts.

Star Wars: Squadrons - Review
Historia80%
Gameplay100%
Gráficos85%
Música y Sonidos100%
Multiplayer70%
Lo bueno:
  • Impresionante representación de los combates de Star Wars
  • Excelentes controles y gameplay
  • Rápida adaptación a VR
Lo malo:
  • Falta de contenido para el modo online
  • La campaña puede sentirse un poco tibia
80%Nota Final
Puntuación de los lectores: (11 Voto)
57%

Sobre El Autor

Edición y redacción. Diseño.

Temperley. Buenos Aires. Argentina

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