Cada vez que se cumple el ciclo entre que sale la última entrega de Ride y el estudio Milestone pasa por ofrecer las entregas licenciadas de MotoGP y MXGP, sabemos que la próxima llegada de la serie libre de obligaciones corporativas va a traer novedades sustanciales que la van a destacar por sobre el resto. La costumbre pone a Ride en un lugar bastante especial, porque es tanto el punto de partida del contenido que explorará el estudio durante el próximo par de años, como la conclusión de la fórmula anterior que le dio vida a los otros títulos. Por eso siempre solemos encontrar buenos resultados dentro del catálogo de este estudio dedicado exclusivamente a los bólidos de dos ruedas. Y parece que Ride 4 se viene como el mayor quiebre paradigmático para el ADN de Milestone desde el comienzo de esta tradición, no solo por el nivel técnico del que ya podemos ser testigos gracias a este “hands-on” anticipado, sino también por un concepto general de producción que le da chapa de triple A de carreras, como los que suelen ser exclusivos de las consolas en sus lanzamientos. No es sorpresa para los seguidores de la serie que Ride tenga una presentación de altísimo nivel, con gráfica estilizada, mucha variedad de categorías, y un desarrollo de la progresión de campaña que ofrece una continuidad de atractivos que nos obligarán a volver para explorar cada uno de los eventos que se nos presentan, y cada nuevo modelo de moto conseguida. Esta entrega no es excepción a esa regla, pero han reformulado hasta el más recóndito rincón de la construcción para dar un salto generacional que postula a Ride 4 como uno de los simuladores más modernos en el mercado. Esta vez, en lugar de retocar los modelos que vienen arrastrando desde los inicios de todas sus series, el estudio ha tomado el camino difícil y reconstruyeron todo desde la base, utilizando hasta tecnología de escaneo 3D y CAD para ofrecer las representaciones más realistas de las motocicletas que se han podido ver en un videojuego, y la verdad es que este debe ser uno de los pocos casos donde la fanfarria de esos títulos marketineros se puede apreciar claramente, a simple vista. Lo mismo sucede con los circuitos. El motor Unreal Engine es parte fundamental para la serie desde que lo adoptaron alrededor del año 2016 (o al menos es ahí cuando lo empezamos a ver), y una vez más, parece empujado contra sus límites porque prácticamente no se puede creer que Ride 4 muestre los lugares y la iluminación que los acompaña, en cualquier momento del día y en cualquier instancia climática. Pero en esta oportunidad previa al lanzamiento, lo importante está en cómo se va a jugar este nuevo juego (porque todo lo técnico puede llegar a cambiar o ser solucionado de alguna manera), y las noticias son por demás buenas. La reestructuración no vino solo por el lado audiovisual, sino que el gameplay también ha sido desarrollado nuevamente para alcanzar una experiencia con el suficiente diferencial como para atraer a nuevos jugadores. Al contrario de lo que suelen hacer EA con FIFA o 2K Games con todo lo que le pasa entre manos, los resultados en los cambios de Ride 4 son innovadores y probablemente revolucionarios. Nos encontramos frente a un completo sistema de asistencias y ajustes que permitirán escalar la forma de conducir estas máquinas a todo tipo de jugadores, principalmente porque el manejo cuenta con tres niveles de simulación de físicas que definitivamente simplifican la jugabilidad para los poco hábiles y la acercan al realismo para los más exigentes, y en ningún momento llega a arruinar la experiencia en absoluto, pudiendo compartir pista con cualquiera de las otras configuraciones sin sentir desventajas o injusticias. Es probablemente el primer simulador de motos que da ganas de que alguien retome la idea de construir un control de manillar completo para poder alcanzar los mismos niveles de realismo que ofrecen los simuladores de carreras de autos o los de aviones, pero eso ya es soñar demasiado alto. Por otro lado, el plantel actual de motos y circuitos es muy completo, y en esta reformulación han decidido dividirlo en tres regiones principales para las competencias, entre Estados Unidos, Asia y Europa, lugares que ya tienen una separación natural en su forma de desarrollar y construir motocicletas. Esto genera tres modos carrera por separado, que se van a ir desbloqueando a medida que vamos completando los primeros, siempre eligiendo de a uno y sin posibilidad de cambiar el rumbo. Al entrar en la rama de la liga que nos interesa, podemos ver que ahora no solo se trata de carreras y time trials, sino que más en la línea de Gran Turismo, ahora hay un sistema de licencias obligatorio para poder clasificar hasta los demás eventos, y diferentes modalidades de competencias en las que se agregan sprints y un modo de postas muy similar al modo de aclimatación de grand prix del modo práctica de los F1 modernos. Quizá lo más reprochable de esta nueva entrega entrará dentro del terreno de lo común entre los simuladores más exigentes, que es la empinada curva de dificultad. Quizá por un tema de retoques finales, o de balance, el juego no tarda demasiado en ponerse extremadamente difícil, sobre todo al empezar a correr sobre modelos que llevan motores de 500cc o más. Esto es perfectamente solventable con los upgrades que se le pueden hacer a cada una de las motos, principalmente con los cambios de cubiertas para carrera y suspensión, pero el título no hace el énfasis suficiente para advertir al jugador casual que si no se ocupa de eso, probablemente no gane nunca más. Y es algo raro que no haya nada que obligue a los novatos a adoptar esta práctica que seguramente sea algo natural entre el público de corredores del mundo virtual, porque por otro lado, el mensaje constante de Ride 4 es el de invitar a que todos puedan ser parte de esta experiencia, a celebrar el mundo de las competencias en dos ruedas con elegancia, excelente sensación de velocidad, y las representaciones de modelos y pistas más deslumbrantes que se pueden encontrar en la actualidad. La promesa de Ride 4 es brillante, y tiene todo para convertirse en el mejor juego de motos de toda la historia, pero no sin ajustar algunas cosas que pueden ser condición fundamental para que gran parte del público pueda disfrutarlo. También hace falta considerar que, en la tradición de Milestone, los mejores packs de contenido suelen llegar en forma de DLC, con extensas campañas post-lanzamiento, por lo que no hay que quedarse con la idea de que el actual plantel de modelos y circuitos será el definitivo, pero eso se verá una vez que lleguemos a la fecha de su lanzamiento y podamos enfrentarnos a la obra completa del equipo, que una vez más, parece que no va a decepcionar a nadie. Este preview fue realizado con una copia de prensa proporcionada por Milestone. 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