La saga Dark Souls de Hidetaka Miyazaki ha inspirado una plétora de juegos que se basan en varias de sus mecánicas o estética a lo largo de los años, construyendo no tan lentamente lo que hoy podemos considerar un nuevo estilo o género de juego llamado “souls-like”. Hibernian Workshop’s creó Dark Devotion basado en las mecánicas y estética de su hermano mayor, pero agregando sus propias características para diferenciarlo de otros juegos de su género. En rasgos generales, Dark Devotion es un metroidvania con un estilo gráfico pixelado en 2D donde nos adentraremos en un Templo que ha caído en desgracia, y como templarios es nuestro deber explorarlo para erradicar la maldad que yace en lo profundo, sin que nuestro personaje pierda la cordura en el intento. Para poder lograr nuestro objetivo de llegar a la profundidad del templo y limpiarlo de sus impurezas, tendremos acceso a un hub principal que lo podremos desbloquear luego de completar un obligatorio prólogo. En este hub podremos hablar con otros templarios, equiparnos con distintas armas, armaduras y varios artículos provistos por el herrero, que iremos desbloqueando a medida que profundicemos en el templo. Otra de las cosas que podremos hacer es desbloquear varias habilidades pasivas con la experiencia ganada al matar enemigos. Podremos también acceder a varios tipos de misiones en las que tendremos que eliminar una cantidad específica de enemigos, y por último, tendremos varias salidas por las cuales podremos comenzar nuestra aventura. Más adelante podremos desbloquear atajos a zonas más avanzadas. Una vez que estemos equipados y listos para comenzar con el viaje, avanzaremos por una de las salidas disponibles, y una vez que la hayamos cruzado, veremos que no hay vuelta atrás, solo pudiendo regresar tras morir y resucitar para volver a comenzar. Esta muerte lleva nuevamente al hub central, donde habrá que volverse a equipar para intentarlo nuevamente. Esta mecánica muchas veces nos obliga a volver a jugar por zonas que ya exploramos anteriormente, al igual que la gran mayoría de los exponentes del género, pero en este caso, para paliar repetición nos encontramos con transportadores que cumplen la función de los portales en juegos del estilo de Diablo. Gracias a estos transportadores podremos ir y volver del hub central, pero cada nuevo transportador inutiliza al anterior, por lo que es una estrategia que hay que calcular antes de tomar la decisión. Una vez explorado el mapa tendremos a disposición distintos tipos de santuarios que ayudarán a lo largo del juego, otorgándonos una extensa cantidad de ventajas por una cantidad específica de “fe”, la cual -además de servir como moneda de cambio- hace las veces de carga de mana para poder utilizar distintos hechizos. Por otro lado, también podremos vernos afectados por una desventaja, una especie de hechizo permanente que tendremos que quitar usando otro tipo de santuario. Estas desventajas son modificadores que van desde sangrar cuando rodamos hasta tener menor puntería a la hora de golpear un enemigo, y siempre es recomendable deshacerse de esas desventajas inmediatamente, ya que, si se llegamos a acumular una buena cantidad, nuestro personaje caerá en una clara inferioridad al enfrentarse a los peligros del templo. Una de las cosas más importantes a tener en cuenta en esta experiencia son unas tabletas antiguas que están esparcidas por todo el mapa, que proporcionarán aumentos en daño, estamina, daño crítico y fe. Cada una de ellas tiene un uso único, y aunque no son difíciles de encontrar al principio, al avanzar en la aventura será cada vez más difícil de saber cuáles son las que nos quedan por descubrir en zonas que ya hayamos completado. El combate es otro de los aspectos importantes del juego, gracias a una extensa variedad de armas, escudos, armaduras, magias y objetos que podremos utilizar para eliminar a nuestros enemigos. Muchos de estos los podremos desbloquear y volverlos a utilizar gracias al herrero, de forma similar a lo visto en Dead Cells, pero otros solo podrán ser utilizados al encontrarlos en el mapa, perdiéndolos al morir, y obligándonos a volver a comenzar con lo poco que podrá ofrecer el herrero. Los enemigos a los que nos enfrentaremos vendrán en distintas variedades y tamaños a los que nos tendremos que acostumbrar a la hora de combatirlos, ya que varios de estos presentan una alta dificultad, especialmente al principio del juego. Una vez que hayamos avanzado lo suficiente, la experiencia se vuelve mucho más accesible, hasta el punto en que se pueden eliminar de a 3 jefes seguidos sin morir. Los enfrentamientos con los jefes son lo más espectacular de la experiencia. Hay casi una veintena de grandes enemigos para enfrentar, y cada uno de ellos ofrece una mecánica distinta que obligará planificar estrategias para combatirlos y abatirlos. Una vez completada esa proeza obtendremos una buena cantidad de experiencia y desbloquearemos un arma nueva, un escudo o un ítem con el herrero, ampliando el catálogo de inicio en cada victoria. Además de las misiones secundarias que podremos obtener del hub principal, podremos encontrarnos con varios personajes a lo largo del juego que nos relataran información sobre ellos y el templo. También proporcionarán misiones que, al cumplirlas, recompensarán con ítems que no hay en otro lado en el juego, y hasta habilitarán a usar atajos para acceder a nuevas zonas por caminos alternativos. Como mencionamos anteriormente, el estilo gráfico es 2D pixelado, con un arte oscuro e intenso que refleja el estado de corrupción del templo. En las opciones graficas solo tendremos la opción de modificar la resolución del juego, ya que no posee otro tipo de personalización para un apartado que es técnicamente limitado, pero definitivamente suficiente para construir esta aventura. Por otro lado, el audio utiliza tambores, sonidos estridentes, varios tonos graves y coros para aumentar el sentimiento de oscuridad y opresión que reflejan los gráficos, generando una atmósfera especial que exacerba lo más atrapante de la construcción. Mientras que el soundtrack con los jefes es sublime, también complementa a los sonidos previos, creando una sensación realmente tenebrosa, augurando que en cualquier momento puede llegar nuestro final. El aspecto más negativo del juego son definitivamente los controles, ya sea con teclado o con un joystick, se sienten muy incomodos y requieren de un período de adaptación de varias horas de juego, y peor aún, no hay forma de personalizarlos. Dark Devotion es un juego que toma aspectos del Dark Souls y agrega los suyos (como los santuarios o la imposibilidad de volver atrás a menos que muramos) para hacer un juego entretenido y divertido, con un gameplay sólido como su base. En donde se empiezan a ver sus problemas es en el acabado, gracias a su falta de opciones o en varias mecánicas específicas que podrían estar mejor implementadas. Sin embargo, no deja de ser una aventura para cualquier fan del género. Este review fue realizado con una copia de prensa proporcionada por The Arcade Crew/Hibernian Workshop. Dark Devotion - ReviewHistoria60%Gameplay60%Gráficos80%Música y Sonidos90%Lo bueno:Sensacional banda sonoraExcelente ambientaciónAmplia variedad de jefesLo malo:La falta de opciones gráficas, sonoras y para cambiar los controlesAlgunas mecánicas no están bien encaradas2019-06-0575%Nota FinalPuntuación de los lectores: (3 Voto)82%Comparte esto:Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en X (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Threads (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Telegram (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Reddit (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Pocket (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para enviar un enlace por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva) Dejar una respuestaCancelar respuesta