Una vez más nos ponemos en los cómodos zapatos de El Presidente para afrontar un nuevo capítulo de la ya venerable saga de juegos de simulación y gestión de Limbic Entertainment y Kalypso Media. Al igual que en entregas anteriores de la franquicia, nuestra misión es simple: lograr la prosperidad de la paradisiaca nación caribeña de Tropico, por cualquier medio que sea necesario. Que estos medios incluyan asesinatos políticos, relaciones carnales con potencias extranjeras o desvío de fondos públicos a cuentas secretas en paraísos fiscales… solo son detalles en la carrera política de nuestro amado Presidente.

Tropico 6, a grandes rasgos, es un juego bastante similar a las últimas entregas de la saga. De forma similar a lo que pudimos ver en Tropico 5, la nación atravesará cuatro etapas en una partida completa: La era colonial, la era de las guerras mundiales, la era de la guerra fría y la era moderna. En cada una de estas fases, nuestro objetivo será distinto. En la era colonial nuestra principal meta será la de codearnos con los líderes revolucionarios, abandonar el dominio de la Corona y coronarnos como El Presidente (porque El Gobernador no suena igual de bien).

Las siguientes eras potencian el juego diplomático. En las eras de guerras tendremos que alinearnos con uno u otro poder. Ya sean los aliados y el eje durante las guerras mundiales, o bien las naciones occidentales o el bloque oriental durante la guerra fría. Paralelamente, tendremos que escoger un objetivo final para nuestra nación de cara a la era moderna, como amasar una gran fortuna personal o transformar a Tropico en el lugar número 1 del mundo para vacacionar.

Todo este desarrollo va montado en una compleja y estupenda simulación que casi no deja piedra sin voltear a la hora de pormenorizar el funcionamiento de nuestra isla. En el fondo, Tropico en realidad es un muy buen juego de gestión económica y comercial, en el cual nuestro principal objetivo es montar la línea de extracción, producción y comercialización de productos más efectiva. Todo empieza con la extracción de las abundantes materias primas que nos ofrece Tropico, desde plantaciones de maíz o caucho, hasta minas de oro o carbón, además de la siempre lucrativa extracción de cocos y la peligrosa cría de cocodrilos.

De aquí en más todo lo que producimos puede tener distintos finales. Los productos primarios pueden exportarse de manera inmediata por una ganancia, incluso firmando acuerdos comerciales exclusivos con naciones y potencias extranjeras. O bien podemos poner las materias primas a buen uso y hacer crecer a nuestra incipiente industria caribeña. Por ejemplo, el tabaco extraído puede ser utilizado para fabricar puros, producto muy deseado en el mercado mundial. Mientras que los bienes obtenidos de la pesca y la ganadería pueden ser aprovechados a la hora de fabricar alimentos enlatados, que suelen ser muy solicitados por las potencias extranjeras en tiempos de guerra.

Pero para que todo esto funcione, será necesario que nos aferremos a la silla y logremos mantenernos en el poder. Tropico monta una simulación político-social sobre su simulación económica para atender a esta faceta del juego. A rasgos generales, cada uno de los habitantes de Tropico posee deseos y aspiraciones individuales, al igual que una opinión formada sobre el eximio Presidente. Para asegurarnos la re-elección indefinida, será necesario mantener a nuestro pueblo feliz mediante la construcción de viviendas, una buena alimentación y la presencia de entretenimiento de calidad.

Claro que si todo eso falla, siempre podemos optar por otras artimañas, tales como amañar las elecciones, capturar a líderes políticos opositores o limitar el voto solo para la elite adinerada contenta con los beneficios que les brinda nuestro querido régimen. La simulación política de Tropico cubre todos estos casilleros y muchos más. Por ejemplo, vamos a poder diseñar nuestra constitución, cubriendo temas tales como la conscripción militar o el matrimonio igualitario, al tiempo que nos codeamos con distintas facciones dentro de nuestra isla, como los comunistas, los ecologistas o la facción de la iglesia. Lo interesante de Tropico, es que si bien nos ofrece distintas rutas de desarrollo, siempre podemos cambiar sobre la marcha y pasar a otro camino. Después de todo, no sería un buen simulador de país bananero si los líderes políticos no supieran adecuarse a las circunstancias con un ágil movimiento de cintura.

Todo esto lleva a escenarios que son entretenidos (debido a la gran cuota de humor que usa el juego), pero a la vez tenebrosamente realistas. Por ejemplo, en mi primera partida intenté ir por la vía del más desbocado comunismo: alimentos gratis, viviendas gratuitas, AUTOS GRATUITOS! La población era feliz, El Presidente era feliz, pero el país se fue rápido a la banca rota. Lo que hizo necesario invitar a la facción capitalista a todos los puestos del ministerio, derogar los edictos de “todo gratis para todos!” y empezar a acumular ganancias en metálico (desviando una pequeña proporción a la cuenta de El Presidente en la banca suiza, claro está).

Por sobre todo esto, funcionan en Tropico otros subsistemas. La red caminera de nuestra isla ha sido ampliada y mejorada con respecto a juegos anteriores, al punto de que ahora existen escenarios en forma de archipiélago en los que podremos conectar distintas islas por medio de puentes. El sistema de espionaje también es muy complejo, con distintos equipos de infiltración que pueden realizar tareas de subterfugio, buscar tesoros escondidos y hasta robar grandes maravillas del mundo. ¡Porque nada dice estado comunista como tener a la Estatua de la Libertad frente a nuestro palacio!

En resumen, la simulación que ofrece Tropico es a la vez compleja y entretenida. Y aunque parezca increíble, puede enseñarnos una cosa o dos sobre cómo se manejan los países con gobernantes de corte populista, de esos a los que les interesa más mantenerse en el poder que llevar el barco a buen puerto (estoy seguro que nuestros lectores conocen al menos un par de esos). Pero si bien la simulación está bien lograda, también es cierto que el juego puede resultar bastante complejo de entender para los novatos, en especial porque conceptos tales como el de línea de producción o felicidad de la población no están precisamente bien explicados.

Para aliviar esta carga, Tropico ofrece dos modos de juego: el modo campaña y el modo “paraíso tropical” o de juego libre. El modo campaña funciona como una suerte de largo tutorial, en el cual a través de cada escenario se nos introducen un par de sistemas nuevos. La campaña en si no es demasiado interesante, con una narrativa que apenas sirve para vestir de manera simple a los acontecimientos. Pero es el mejor lugar para empezar para aquellos jugadores que nunca hayan jugado Tropico o algún juego de gestión similar. El modo libre, en cambio, es mucho más interesante para los jugadores veteranos y nos permite forjar nuestra propia nación tropical de la manera que nos parezca más conveniente.

Tropico 6 es además un juego bastante agradable a los sentidos. El detalle gráfico de las distintas islas paradisiacas y de cada uno de los edificios que montemos está muy bien logrado y termina por forjar una maqueta muy agradable a la vista. La banda musical tropical es apropiadamente rítmica y tiene algunos temas muy buenos, mientras que el trabajo de voces es adecuado y caricaturesco. Con esto dicho, hay algunos problemas: el nivel de detalle de los tropicanos (nuestros ciudadanos) es excesivamente bajo, lo que hace que los pequeños momentos de batallas se vean ridículos, como por ejemplo cuando luchamos por la independencia contra las tropas de la corona. Por otro lado, si bien la banda musical es aceptable, puede tornarse repetitiva con el correr de las horas.

En definitiva, y a pesar de los problemas mencionados, Tropico 6 es un gran logro por parte de la gente de Limbic. Si bien la nueva entrega no ofrece grandes novedades a un nivel de franquicia, si ofrece un juego mucho más pulido y funcional que entregas anteriores, con la suficiente dosis de novedades como para mantener los hechos interesantes. Tropico 6 se siente como la culminación de este estilo particular de experiencia, y cada sistema tiene un propósito certero dentro de la estructura de juego. Algunos problemas en torno a la falta de tutoriales reales y el apartado audiovisual no llegan a empañar la calidad del título. Con una oferta así, es muy difícil no votar por El Presidente.

Este review fue realizado con una copia de prensa proporcionada por Kalypso Media/Limbic Entertainment.

Tropico 6 - Review
Gameplay80%
Gráficos75%
Musica y Sonidos85%
Lo bueno:
  • Excelente y compleja simulación económica.
  • Múltiples opciones en la arena político-social.
  • Gran sentido del humor (y a la vez aterradoramente realista).
Lo malo:
  • El nivel gráfico de algunos elementos deja mucho que desear.
  • La banda sonora es buena, pero puede tornarse repetitiva.
  • Flojos tutoriales.
80%Nota Final
Puntuación de los lectores: (3 Voto)
93%

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