Lucas Pope, la mente creadora detrás del juego que hoy nos convoca, sin dudas que tiene un talento para ponernos en los pantalones de personajes para nada tradicionales en lo que a videojuegos respecta. En el juego anterior de Pope, “Papers, Please”, interpretábamos el rol de un oficial de frontera en un estado totalitario ficticio de Europa del Este. En este nuevo juego, Return of the Obra Dinn, nuestro rol es el de un agente de seguros que tiene que descubrir, con la ayuda de un diario y un reloj mágico, cual ha sido el destino de los más de 60 pasajeros del titular navío. El Obra Dinn ha regresado a las costas de Gran Bretaña, luego de pasar varios años desaparecido en el mar, a comienzos del siglo XIX. Su tripulación ha desaparecido o muerto largo tiempo atrás, y nuestra única misión es la de reconstruir que ha ocurrido con este desafortunado barco. Cuando llegamos a la cubierta nos encontramos con un solitario cadáver, evidencia insuficiente para poder decir cuál ha sido el sino de las más de 60 almas que zarparon con el barco rumbo a oriente, y que nunca alcanzaron el destino planeado. Por suerte, contamos con dos herramientas fundamentales para nuestra tarea. La primera de ellas es un diario que nos brinda algo de información básica y nos permite recopilar distintos datos acerca de Obra Dinn y su tripulación. En el diario vamos a encontrar el manifiesto de la tripulación, con todos los nombres, cargos dentro de la nave y nacionalidades de sus tripulantes, así como también algunas ilustraciones que nos permitirán ponerles caras a los mencionados nombres. El gran problema es, que con la excepción de su capitán, no sabemos a ciencia cierta quienes son los demás tripulantes del barco. Pero nuestra misión no solo es identificar a los tripulantes, sino descubrir su destino final: el momento de su muerte. Para lograrnos, contamos con un segundo artefacto. Un reloj mágico que nos permite rememorar los últimos momentos de una víctima. Armados con este artefacto, nos sumergimos en el hoyo del conejo en un viaje a través del tiempo y la circunstancia para desentrañar los misterios ocultos en el Obra Dinn. Lo que Pope ha construido con Return of the Obra Dinn es uno de los juegos de puzles más creativos, inteligentes y originales de la historia del medio. Return of the Obra Dinn es un juego que ofrece poco al jugador en la forma de pistas o “hints” tan típicos de este estilo de juegos. Y al mismo tiempo es un juego que espera mucho, muchísimo, de aquel que se ponga tras los controles. Descubrir las formas en las que murieron los tripulantes no suele ser difícil, pero averiguar correctamente sus identidades si lo es. Para lograr este cometido, vamos a tener que guiarnos por pequeños diálogos que nos darán pistas, evidencias circunstanciales, acentos, idiomas, cargos dentro de la nave o hasta por simple descarte. Obra Dinn es un juego que apela a nuestra inteligencia, que cree siempre en que somos capaces de descubrir el misterio por nuestra cuenta, y que nos brinda una sensación de logro inconmensurable cuando finalmente resolvemos el enigma. Esta sensación, la sensación de logro, es lo que hace realmente grande a Return of the Obra Dinn. Ser capaz de identificar a un personaje meramente por las palabras usadas, o por el lugar de la nave que ocupaba al momento de su muerte es algo que depende pura y exclusivamente de las capacidades de observación de cada jugador. A pesar de esto, Obra Dinn deja algo de espacio liberado a la simple prueba y error, pero el juego tiene sistemas en funcionamiento que no permitirán que los jugadores completen el juego simplemente uniendo pistas al azar. Este enorme puzle lógico está envuelto en un paquete audiovisual que cumple una doble función. Por un lado navega las turbulentas aguas del presupuesto, permitiéndole a Pope dotar al juego de una belleza inusitada al tiempo que seguramente reduzco el coste final de producción del juego. Por otro lado, evoca una era en la que los juegos para computadoras tenían algo más de fe en la capacidad y la inteligencia de los usuarios, algo que Obra Dinn recupera con creces. El estilo gráfico seleccionado evoca a los monitores monocromáticos de la década de 1980, al punto que el juego presenta distintas opciones que permiten emular monitores ancestrales como el Zenit ZVM 1240 o el emblemático IBM 8503. Esta selección artística permite mantener el presupuesto final del juego en un nivel manejable para Pope y sus colaboradores, pero no va para nada en detrimento de la calidad visual del juego. Return of the Obra Dinn emula a la perfección el estilo y la sensación de lugar generada por estos antiguos estilos gráficos, y el juego presenta un enorme nivel de detalle a pesar de la humildad de su apartado visual. Por otro lado, el juego no cuenta con animaciones, y las secuencias de muerte están compuestas por imágenes estáticas que podemos recorrer a nuestro antojo por un breve periodo de tiempo. Se trata de otra decisión de diseño acertada, que evita al equipo de desarrollo (es decir, a Pope) tener que dedicarse a animar personajes, al tiempo que nos permite observar cada detalle de las distintas escenas a fin de poder llevar adelante las distintas deducciones. Lo único que me ha parecido algo molesto de esta mecánica de juego es que no podemos abandonar las escenas de manera manual, y en todos los casos no nos queda más que esperar a que el tiempo designado por escena termine. Finalmente, el apartado sonoro del juego presenta un gran acierto y un triste fallo. El acierto viene por el lado del fantástico trabajo de voces. Las voces son en sí mismas una parte vital de la naturaleza del gran rompecabezas que compone Return of the Obra Dinn. Y los actores de voz han hecho un gran trabajo a la hora de construir personajes reconocibles y acentos únicos. Muchas veces podremos deducir la identidad de algún tripulante haciendo una conexión entre su acento y su nacionalidad, y el hecho de que las voces estén tan bien trabajadas es algo que facilita esta tarea. Lamentablemente, el apartado musical se queda algo atrás en cuanto a nuestra valoración. La banda sonora escogida por Pope no es mala, pero termina por volverse algo intrusiva y repetitiva a lo largo que pasan los minutos y las horas. Existe algo de variedad en distintas secciones, pero no la suficiente como para cortar el halo de monotonía impuesto por el trabajo musical en general. En definitiva, Return of the Obra Dinn es uno de los juegos más originales del año. Y uno de los mejores juegos de puzles de la última década. Pope ha construido un juego que es muy diferente a Papers, Please, pero que al final del día evoca los mismos sentimientos. Desde un trabajo que parece mundano y burocrático, Lucas Pope nos invita a creer en nuestra propia inteligencia y a descubrir poco a poco cual ha sido el destino de las almas a bordo del Obra Dinn. Este review fue realizado con una copia de prensa proporcionada por 3909/Lucas Pope. Return of the Obra Dinn – ReviewGameplay100%Gráficos95%Música y Sonidos80%Lo bueno:- Un enorme puzle interconectado que apela a la inteligencia del jugador.Adecuado estilo artístico.Magistral trabajo de voces.Lo malo:La banda sonora se torna algo repetitiva.2018-11-1593%Nota FinalPuntuación de los lectores: (4 Voto)67%Comparte esto:Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en X (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Threads (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Telegram (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Reddit (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Pocket (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para enviar un enlace por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva) Dejar una respuestaCancelar respuesta