El Romance de los Tres Reinos, novela histórica escrita por Lou Guanzhong en el siglo XIV, es una de las obras más relevantes de la literatura oriental. Se trata de una narración apasionante que narra la era de conflicto, guerras, héroes y leyendas durante los años finales de la Dinastía Han y el periodo conocido como el de los Tres Reinos (Wei, Shu y Wu) en guerra. Pero el Romance no es meramente una descripción de los hechos, es además una historia que se centra fuertemente en el elemento humano, las lealtades, las ambiciones, las traiciones y las tragedias. No es de extrañar entonces que semejante historia épica haya capturado la imaginación de millones de personas en oriente. Y, ¿Por qué no?, en occidente también. A lo largo de los años el Romance ha sido adaptado a una multitud de formatos: películas, obras de teatro, programas de televisión y hasta animes o mangas. Y por supuesto, esta fascinante historia también ha sido adaptada al mundo de los videojuegos, principalmente en dos franquicias (ambas pertenecientes a Koei). La primera de ellas es Dinasty Warriors, el frenético juego de acción y combates. La segunda alternativa está orientada al jugador que prefieren la estrategia ante la acción, y a la que pertenece el título que hoy nos convoca: Romance of the Three Kingdoms XIII. Este juego de estrategia surgido del genio creativo de Kou Shibusawa es similar en muchos aspectos al último juego de la otra franquicia histórica de Koei y el señor Shibusawa, Nobunaga’s Ambition: Sphere of Influence. Pero a pesar de los parecidos cosméticos y en algunas de sus mecánicas y decisiones de diseño, Romance of the Three Kingdoms XIII presenta suficientes características propias como para destacar. Por empezar tendremos dos opciones para afrontar el juego. La primera de ellas es Hero Mode, una suerte de campaña que a su vez cumple el rol de tutorial. La segunda de las opciones es el juego central o “Main” que nos propone afrontar al juego en un modo mucho más libre y sin una dirección definida. El Hero Mode es muchísimo más que un simple tutorial. Si bien es cierto que este modo de juego nos ira introduciendo los distintos elementos del juego de una forma paulatina, lo hace al tiempo que nos regala un excelente paseo por algunos de los capítulos más interesantes del Romance. A lo largo de la campaña saltaremos de un bando a otro, tomando el control de distintos héroes del periodo. Aquí el juego hace gala de una de sus principales mecánicas. Y es que a pesar de ser un juego en el que podremos decidir el destino de reinos enteros, Romance of the Three Kingdoms XIII es un juego en el que interpretamos a un solo personaje. Dependiendo del rango de nuestro personaje en el reino podremos tener acceso a distintas habilidades y distintas funciones. Por ejemplo, un oficial podrá dedicarse a ciertas tareas básicas que le indique el señor del reino, o bien podrá intentar proponer acciones o misiones con la esperanza de ganar favor y trepar en el escalafón jerárquico con el que se maneja cada facción. Un ministro, en cambio, tendrá a su cargo toda una faceta del reino (guerra, economía, etc.) y varios oficiales bajo su mando. Un Gobernador tendrá un poder similar al del ministro, pero estará a cargo únicamente de una de las ciudades que conformen el territorio. El líder del reino, finalmente, será quien esté a cargo de todas las decisiones mayores, dejando la minucia a cargo de sus subordinados. Si optamos por recorrer el camino del “Hero Mode” el rango de nuestro personaje vendrá predefinido por el escenario. Por ejemplo, en uno de los escenarios interpretaremos el rol de Lu Bu “El Invencible”. En dicho escenario Lu Bu es apenas un subordinado de su señor Dong Zhuo y encargado de la guerra, por lo que nuestras opciones estarán limitadas a esa función. En otro de los escenarios interpretaremos a la bella Diao Chan, mientras utiliza sus encantos y su astucia para intentar generar un conflicto entre Lu Bu y Dong Zhuo. En este caso nuestras opciones estarán limitadas a movimientos sociales y de etiqueta. Pero además hay otros escenarios, como en el que interpretamos al señor de la guerra Sun Ce, en los cuales tendremos a todo el reino bajo nuestro mando, y cada decisión que tomemos afectará de forma significativa a lo que ocurra en el mapa de campaña. En el modo “Main” en cambio, podremos optar por el rango inicial de nuestro personaje, que puede ser un personaje histórico o un señor de la guerra generado por nosotros. Aquí el juego presenta algunos problemas. Si decidimos optar por iniciar como el señor del reino podremos movernos inmediatamente hacía el control de la guerra y el desarrollo de las ciudades que estén bajo nuestro dominio. Pero si optamos por empezar en los rangos de oficial, gobernador o ministro, la IA será la encargada de llevar adelante “la gran pintura”. Y en este caso nuestro éxito estará a merced de las decisiones que tome la inteligencia artificial sobre el conflicto. Es muy probable trabajar laboriosamente para trepar posiciones hasta la cima, al tiempo que vemos como la IA dilapida cualquier opción de victoria para nuestro reino. Desde los rangos más bajos el jugador tiene muy poco poder sobre las grandes decisiones. Y si bien es cierto que esto le agrega algo de realismo al juego, también puede ser muy frustrante. En especial si tenemos en cuenta que la IA con la que cuenta el juego no parece ser especialmente brillante. En cuanto a las mecánicas del juego en sí, Romance of the Three Kingdoms XIII presenta muchas alternativas. Pero creo que podemos reducir todos los contenidos de juego a tres grandes áreas: las relaciones, el desarrollo y la guerra. En el caso de las relaciones nos referimos a las relaciones personales de nuestro personaje con sus familiares, amigos, allegados y colegas. El juego cuenta con un sistema de simulación social bastante profundo. Podemos establecer lazos con otros personajes a través de distintas acciones tales como ayudarlos en sus tareas, realizar regalos, organizar banquetes o simplemente tener la delicadeza de realizar una visita de cortesía. Estos lazos luego se ven reflejados en los distintos elementos de juego. Por ejemplo, un subordinado que tenga una relación armoniosa tendrá un mayor índice de lealtad y será más difícil que el enemigo logre coaptarlo para sus filas. Mediante el sistema de relaciones, además, también será posible establecer contactos con agentes del enemigo para desestabilizar las relaciones personales dentro las facciones rivales e intentar pasar a algunos oficiales para nuestro bando. Cuando hablamos del desarrollo nos referimos al desarrollo de las ciudades y el reino. Este sistema es bastante sencillo. Las ciudades cuentan con tres grandes recursos de desarrollo: el comercio, la tierra y la cultura. Al ir mejorando estos indicadores mediante el establecimiento de tareas y misiones para los oficiales del reino, iremos desbloqueando distintos edificios y bonificaciones que mejoraran nuestra producción. También es posible utilizar oficiales para conseguir la lealtad de aldeas cercanas a los grandes centros urbanos, y en el proceso lograr ventajas tales como mayor número de tropas, alimentos extra o tropas especiales. A la hora de la guerra cada ciudad del reino podrá generar tres tipos distintos de tropas: lanceros, arqueros y jinetes. Es posible asignar oficiales al entrenamiento de tropas lo que nos posibilitará acceder a versiones más poderosas de las mismas y otras mejoras. Cuando decidamos ir a la guerra tendremos que proponer un blanco (que podrá ser rechazado por nuestro señor, o bien cuestionado por nuestros subordinados si ocupamos el cargo de señor) y organizar nuestro ejército. Para organizarlo tendremos que asignar distintas divisiones, cada una de ellas con un comandante que tendrá que surgir de entre los oficiales y ministros del reino. El elemento táctico y de combates de Romance of the Three Kingdoms XIII es tal vez uno de los elementos más pobres del juego. El juego se maneja en dos escalas. La primera de ellas es una escala global donde solo veremos los distintos ejércitos enfrentarse de manera abstracta. Si nuestro personaje es un participante activo de uno de esos ejércitos pasaremos a la segunda escala, la escala táctica. La escala táctica nos lleva a un mapa reducido en el que podremos maniobrar las tropas en tiempo real. Aquí las opciones que presenta el juego son limitadas y bastante básicas. Por lo general será suficiente con avasallar a nuestros enemigos con grandes números y cargas frontales más que prestarle atención al posicionamiento de las tropas. Los distintos oficiales cuentan con habilidades especiales tales que pueden afectar el rendimiento la moral de las tropas, pero hasta ahí llega la profundidad de juego en esta faceta. También hay asedios, pero la verdad sea dicha no difieren demasiado de las batallas a campo abierto ya que las puertas de las fortalezas representan obstáculos fáciles de superar aún sin arietes o escaleras. Romance of the Three Kingdoms XIII también presenta otro tipo de enfrentamientos en la forma de dos mini-juegos: los debates y los duelos. Los debates pueden darse cuando intentamos cambiar las lealtades de un oficial rival, o cuando un oficial aliado rechaza o desafía nuestras acciones. Los duelos pueden darse al patrullar las ciudades o bien en el propio campo de batalla durante las guerras. Ambos mini-juegos funcionan exactamente de la misma manera, con un sistema piedras/papel/tijeras y con estadísticas que dependen de las cualidades de los personajes participantes. Por ejemplo, un oficial con un nivel alto de “oratoria” tendrá más posibilidades de ganar un debate. Mientras que un soldado especialista en duelos podrá salir bien parado de la mayoría de los combates uno contra uno. Estos mini-juegos son un agregado pequeño, no suman demasiado al juego y carecen de complejidad. Pero la verdad sea dicha tampoco molestan, y al menos los duelos pueden aumentar la moral de las tropas durante una batalla reñida. Desde un punto de vista de la presentación Romance of the Three Kingdoms XIII sufre de problemas similares a su primo Nobunaga’s Ambition: Sphere of Influence. Por empezar la UI es absolutamente desastrosa y diseñada claramente pensado en su uso con el pad de Playstation 4. El juego presenta un sistema de interfaz con diseño arcaico, demasiados menús y difícil acceso a la información. Por ejemplo, si queremos ubicar a un personaje dentro de nuestro reino la interfaz de usuario nos otorga una lista de nombres, pero no existe una función de search, de esta manera, si quiero ubicar a Liu Bei o a Cao Cao la mejor opción es ordenar la lista por orden alfabético y buscar en la “L” o la “C”. Y créanme, avanzado el juego las listas de oficiales pueden ser realmente muy largas, y al tratarse de nombres chinos vamos a encontrar a muchos personajes con apellidos similares. En el aspecto gráfico estamos ante un juego decididamente mediocre. La calidad gráfica del juego es muy baja y el framerate está limitado a los 30 frames por segundo. Las texturas parecen sacadas de un producto coetáneo con Daikatana o Quake 2 y los efectos en pantalla son poco espectaculares. El único elemento que salva las ropas desde un punto de vista visual es el excelente trabajo artístico en los avatares de los personajes. Se trata de figuras estáticas dibujadas a mano, pero cada uno de los héroes del Romance cuenta con una enorme cuota de personalidad gracias a estas geniales ilustraciones. En el apartado sonoro Romance of the Three Kingdoms XIII cuenta con una banda musical aceptable y un muy buen trabajo de voces, si bien algo limitado. Las voces vienen en dos opciones: japonés y chino. Recomiendo utilizar el idioma chino porque le queda de maravillas a este juego y le brinda una alta cuota de autenticidad. Al final del día, Romance of the Three Kingdoms XIII es una nueva oferta de estrategia competente por parte de Koei. El juego nos otorga un nivel de profundidad y manejo estratégico más que aceptable. La mecánica central, por la cual controlamos directamente a solo un personaje dentro del gran conflicto, es interesante. Si bien es cierto que esta mecánica también genera algunos problemas al dejarnos a merced de una IA algo inconsistente en el modo Main. El mayor problema del juego viene dado por los elementos de presentación. A un pobre rendimiento gráfico se le suma una interfaz de usuario menos que eficiente que solo complica los acontecimientos. A pesar de estos problemas mencionados, no puedo dejar de recomendar Romance of the Three Kingdoms XIII a cualquier aficionado de la estrategia, o a cualquier persona interesada en esta fascinante historia de héroes y leyendas durante la China Imperial. Este review fue realizado con una copia comercial provista por KOEI Tecmo. Romance of the Three Kingdoms XIII – ReviewHistoria85%Gameplay75%Gráficos40%Música y sonidos85%Lo bueno:Hero Mode es mucho más que un simple tutorialGran profundidad estratégicaLa opción de voces en chinoLo malo:Gráficos e interfaz de usuario pobresEl aspecto táctico-militar deja bastante que desearEl modo “Main” nos deja demasiado a merced de una IA algo insuficiente2016-08-1775%Nota FinalPuntuación de los lectores: (0 Voto)0%Comparte esto:Haz clic para compartir en Facebook (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en X (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en WhatsApp (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Threads (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Telegram (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en LinkedIn (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Reddit (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para compartir en Pocket (Se abre en una ventana nueva)Haz clic para enviar un enlace por correo electrónico a un amigo (Se abre en una ventana nueva) 2 Respuestas flyster 22 de agosto de 2016 Saben que les falta a sus reviews? Un link para comprar el juego. Queda bien, es una gilada. Pero hace que desde la página podamos, si queremos, comprar directamente el juego. O no. Responder Dejar una respuestaCancelar respuesta
flyster 22 de agosto de 2016 Saben que les falta a sus reviews? Un link para comprar el juego. Queda bien, es una gilada. Pero hace que desde la página podamos, si queremos, comprar directamente el juego. O no. Responder