Como jugadores de PC, durante años hemos visto pasar grandes franquicias de juegos japoneses sin tocar nuestra plataforma, y deseamos que alguna vez las empresas responsables se acuerden de hacer ports para que podamos disfrutar. Llegó la nueva generación de consolas, y quizá por su particular arquitectura -son, básicamente, una PC cerrada- han empezado a aparecer los títulos más importantes del país del Sol Naciente.

La longeva serie Dragon Quest ha sido una de esas franquicias más deseadas. Respaldada por nada menos que el arte y los personajes creados por el propio Akira Toriyama (Dragon Ball), nunca tuvimos un RPG de la famosa serie, y tampoco lo vamos a tener. La marca llega a nuestra plataforma con un spin-off de acción desarrollado por el mismo estudio de la serie Dynasty Warriors, Omega Force, y nos hicieron justamente eso: Un Dynasty Warriors con piel de Dragon Quest. Dragon Quest Heroes: The World Tree’s Woe and the Blight Below fue lanzado originalmente en Playstation 3 y 4, y nos llega en su versión Slime Edition, que incorpora algunos agregados.

La premisa está simplificada a un conflicto masivo en el que los monstruos -que conviven pacíficamente con los humanos- se han revelado mágicamente y nadie encuentra una explicación al fenómeno, entonces el rey Doric se aventura con sus guardaespaldas, Aurora y Luceus, en busca de la base de todo el conflicto. En el camino se encontrarán al resto de la party, que sumará un total de once nuevos personajes provenientes de varias entradas de la serie principal de RPGs, que podremos seleccionar y controlar en el campo de batalla, cada uno con sus específicos poderes.

Dragon Quest Heroes deja en claro desde el principio que, más allá de que los personajes se la pasan hablando entre escena y escena, se trata de un juego puramente apuntado al gameplay de hack and slash que hizo tan famosa a la serie de samurais del estudio. La estructura está formada por instancias de acción, como algunos MMORPG, lo que le termina jugando en contra frente a otras ofertas occidentales de mundo abierto. En este juego entraremos a un pequeño mapa donde deberemos derrotar a grandes hordas de enemigos que entran por unos portales mágicos, y al finalizar, volveremos a la zona de administración de recursos, para prepararnos a entrar en la siguiente instancia.

Esta fórmula recibe un pequeño cambio que no termina de ser del todo interesante pero si sirve de bastón para evitar lo que, en otras condiciones, sería un juego absolutamente repetitivo. Una vez que avanzamos en la primer hora de campaña, nos ofrecerán utilizar medallas de monstruo que aportaN un elemento “tower defense” al combate. Cada medalla representa a un tipo de monstruo, que podremos desplegar en la zona para que luche de nuestro bando. Algunos combatirán directamente con todo lo que se acerca, mientras que otros producen efectos mágicos que van desde recuperar vida, aumentar la barra de modo “Tension”, y hasta multiplicar los puntos de experiencia.

A pesar del limitado set de combos para aplicar con cada personaje, que bien se multiplican al poder controlar a todos los que están en el campo de batalla, se le suma el mencionado efecto “Tenson”, que nos permitirá repartir extensos combos críticos y un movimiento de finalización que barrerá con todos los enemigos que están al alcance, aportando un valor de espectáculo que ya de por sí mantiene alta la experiencia. Los gigantes jefes de zona también incoporan grandes momentos a las batallas, exigiendo que algo de estrategia e inteligencia aportemos al frenético “button smashing”.

El ritmo resultante de la combinación entre instancias de combate, de preparación, y diálogos, que para llegar a cada uno de esos deberemos atravesar una pantalla de carga, tiran por tierra la velocidad que presenta en su concepto, y no permite que termine de formarse una experiencia placentera de juego. Si bien los combates están acotados a unos pocos minutos, para que la ejecución de movimientos constantes no se conviertan en una insoportable repetición, el sufrimiento de ver una pantalla de carga atrás de la otra logra un peor efecto de constante espera. Da miedo apretar un botón o entrar en una sala por error, porque siempre va a tener que cargar algo, seguramente siendo un vestigio en el ADN del motor gráfico de consolas de séptima generación.

A pesar de todo, una vez entrados en ritmo, aceptando sus límites, y cuando podemos hacer uso de las habilidades especiales de los compañeros que se van sumando a la aventura, Dragon Quest Heroes termina siendo un juego divertido que incentiva con nuevas armas, más nivel de personajes y un ligero sistema de RPG que cumple con su cometido.

Por suerte, cuenta con el apartado gráfico de la más nueva consola de Sony, lo que nos presenta con entornos y modelos de personajes altamente detallados, aunque el estilo caricaturesco le quite realismo y definición. La topología de los protagonistas está a la altura de los momentos tecnológicos que transitamos, y están sustentadas por unas muy bien logradas animaciones estilo animé. Además, por ser un port no se queda atrás con las opciones, entregando niveles de detalles de texturas, sombras, distancia de dibujado y oclusión ambiental, pero sufre de una grave ausencia: No hay una sola medida anti-aliasing. El juego es un serrucho viviente que atenta contra el resto de las cualidades gráficas, aunque bien se puede solucionar con una medida de downsampling o con el uso de inyectores como ReShade. Igualmente, la estética oriental llenará los ojos de los fanáticos del animé y los juegos de aquellos pagos, con diseño de personajes pintorescos y extravagantes que sustentan a sus particulares personalidades.

Si bien existe la opción de poner las voces en japonés e inglés, pocos diálogos están actuados, simplemente adornados con alguna exclamación inicial que nos invitará a leer lo que dice cada uno en un cuadro de texto. Como es de esperarse, el japonés es el que mejor le sienta, y no solo por ser el idioma original, sino también por culpa del mediocre doblaje al inglés. La música también cae en eso de “solo para algunos” porque está muy arraigada a sus raíces, y si bien cumple con creces con sus fanfarrias típicas de la estética elegida, es difícil de asimilar para quienes están muy acostumbrados a un estilo mucho más occidental. Para dejarlo claro, es básicamente un juego de Super Nintendo en esteroides, lo cual no está nada mal.

Dragon Quest Heroes es un juego largo que ofrece bastante pocas variantes pero se mantiene fresco gracias a un muy bien logrado gameplay vertiginoso y unos interesantes personajes que se pueden llevar hasta la centena de niveles con poco esfuerzo. Es ideal para dejar el cerebro colgado en el perchero y darle por horas hasta el cansancio, disfrutando de un fantástico mundo con adorables personajes, que por sobre todas las cosas, se ubica en la necesidad de muchos jugadores que disfrutan de propuestas de este tipo y género, sin tener que caer en aburrida historia feudal japonesa.

Este review fue realizado con una copia comercial propocionada por Square Enix.

Dragon Quest Heroes: Slime Edition - Review
Historia65%
Gameplay80%
Gráficos75%
Música y sonidos70%
Lo bueno:
  • Fascinante mundo estilizado con el sello de Akira Toriyama
  • El gameplay cumple con lo que propone
  • Muchas horas de juego para quienes gustan del género
Lo malo:
  • Las constantes pantallas de carga
  • Ausencia de antialiasing
  • Se puede poner muy repetitivo para quienes no conozcan el género
72%Nota Final
Puntuación de los lectores: (1 Voto)
60%

Sobre El Autor

Edición y redacción. Diseño.

Temperley. Buenos Aires. Argentina

Una Respuesta

  1. Ragnak

    Paaaaaaaaaaaaaah como la bardearon «Dragon Quest Heroes es un juego largo que ofrece bastante pocas
    variantes pero se mantiene fresco gracias a un muy bien logrado gameplay
    vertiginoso y unos interesantes personajes que se pueden llevar hasta
    la centena de niveles con poco esfuerzo. Es ideal para dejar el cerebro
    colgado en el perchero y darle por horas hasta el cansancio, disfrutando
    de un fantástico mundo con adorables personajes, que por sobre todas
    las cosas, se ubica en la necesidad de muchos jugadores que disfrutan de
    propuestas de este tipo y género, sin tener que caer en aburrida
    historia feudal japonesa.»

    Aguanten los JRPG.

    Igual es probable que tengan razón.

    Gracia’ por la review!

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