The Mighty Quest for Epic Loot – Review

Lanzado el pasado 5 de febrero, The Mighty Quest for Epic Loot es el intento Ubisoft por crear una combinación de clásicos juegos de construcción como Dungeon Keeper, o más recientes como Clash of Clans para mobile, y Hacks and Slash al estilo Diablo pero con un modelo free to play con compras opcionales por dinero.

El juego no hace un fuerte énfasis en la historia y simplemente nos sitúa en un castillo flotante. Nuestro deber es expandirlo llenándolo de maquinaria, edificios, criaturas y trampas capaces de detener a nuestros vecinos, que en orden para expandirse querrán robarnos las riquezas que con tanto trabajo nosotros mismos hemos robado!

El titulo cuenta con 3 divisas, siendo estas el oro, para mejorar los edificios, life force, para mejorar el corazón del castillo y obtener acceso a mejoras y los blings, la vía rápida para quienes deseen mejorar el castillo con plata real adoptando el modelo “freemium”.

Entre los edificios a mejorar tenemos la herrería para mejorar, craftear o cambiar ítems que vayamos encontrando para cualquiera de las 4 clases que tenemos disponibles: un caballero, un arquero, un mago y una suerte de asesina. También tenemos un arquitecto para expandir nuestro castillo con diferentes habitaciones, un set de alquimia para acceder a pociones y un lugar donde podremos crear criaturas y trampas para defender nuestro lugar de posibles invasores.

Una vez a gusto con nuestro castillo, pasamos al modo ataque donde debemos darles una visita a nuestros vecinos y robarles todo lo que podamos. The Mighty Quest for Epic Loot usa un sistema al estilo Clash of Clans, donde la experiencia, el oro y el life force obtenido se basa a la cantidad de estrellas que obtengamos por nuestro ataque. Una por destruir todas sus minas de producción, una por robar todo rápidamente y una tercer una estrella por atacar un castillo que no ha sido saqueado recientemente.

El modo de saqueo es un Hack and Slash con música épica y grandes problemas de sonido. Es normal quedarse sin efectos teniendo que reiniciar las opciones, y esto sucede desde el reléase. El combate es divertido y cada clase ofrece hasta 16 habilidades, pero tanto las criaturas como los jefes cuentan con una escasa variedad de ataques y una IA más bien tosca, quedándose muchas veces trabados o suicidándose con las propias trampas del castillo.

Las zonas que podemos visitar están divididas en segmentos de cinco niveles, y al llegar al máximo nivel de cada zona tenemos un castillo desafío donde no atacamos a otras personas sino a un jefe NPC. Vencerlo nos permite desbloquear zonas mejores con castillos de mejor nivel.

Lamentablemente al día de hoy las clases no parecen estar balanceadas. El juego recompensa con loot adicional por vencer enemigos con nuestro mismo nivel, pero por lo general son muy fáciles y se vuelve repetitivo. Llegar a máximo nivel es solo una cuestión de pocos días, y el endgame tampoco está desarrollado, por lo que falta incentivo para seguir jugando más que crear otra clase desde nivel 1 y volver a empezar. La cantidad de inactivos es tan grandes que no es difícil encontrar “chicken farms”, castillos con solo gallinas para subir y llegar rápidamente al máximo nivel.

El mismo problema de balance ocurre a nivel divisas, en los primeros niveles obtenemos tanto life force que no tenemos en que gastarlo. Las mejoras del corazón del castillo están limitadas por el nivel del héroe, y las criaturas que podemos crear están limitadas por la cantidad de materiales que obtenemos, invitándonos de manera sutil a invertir dinero real en materiales para poder crear criaturas fuertes.

El oro que en un principio es limitado al ser la única divisa capaz de mejorar los edificios y plantas de producción, en el late game sobra al no tener en que usarlo, creando un exceso de oro y falta de life force.

Aquellos que disfruten de juegos de construcción como Dungeon Keeper, Clash of Clans o un nivel mucho más básico y simple de The Sims, van a disfrutar la parte de defensa, construcción y mejora. De mismo modo con aquellos fanáticos de Diablo o cualquier otro Hack and Slash en la parte de ataque y saqueo. Más allá de esto, el juego no se destaca en ninguno de los modos, tornándose repetitivo de manera muy rápida y con la única esperanza de esperar un parche con un gran contenido de mejoras y agregados.