Son pocas las franquicias de videojuegos que pueden presumir en sus credenciales más de dos décadas de vigencia ininterrumpida. Los púberes de hoy hablan de Nathan Drake, Kratos o Master Chief. Pero esas son franquicias de este milenio, cosas nuevas, juegos de niños. Saliendo de Nintendo y sus vacas sagradas, me cuesta pensar en más de un puñado de títulos que compartieron “cancha” tanto con Cool Spot como con Star Citizen. Pero una de esas franquicias que ha logrado superar la prueba del tiempo es Sid Meier’s Civilization.

Desde 1991 Civilization ha sido amo y señor de las horas de ocio de miles de amantes de la estrategia en todo el mundo. Con cinco entregas principales, varias expansiones de gran calidad, algunos spin-off que dieron vueltas por el barrio peasant y toda una historia de ser la punta de lanza y la última defensa de un genero que se resiste al olvido, Civilization es una de las franquicias más importantes de la historia del medio. Pero más allá de Civilization II, Civilization V o Civilization Revolution hay otro juego de esta franquicia que no lleva el nombre de Civilization (larga historia sobre derechos de autor), y que a la vez es tal vez el mejor exponente de la familia: Sid Meier’s Alpha Centauri.

Lanzado al mercado en 1999 por la recientemente creada Firaxis y con el desarrollo en manos del genial Brian Reynolds, Alpha Centauri llevó a la franquicia a las estrellas. Tanto Civilization I como Civilization II habían contado, hasta entonces, la historia de la humanidad en La Tierra. Con Alpha Centauri se buscó contar el siguiente capitulo. Tras abandonar un planeta sin salvación, distintas facciones luchaban por el control de un nuevo mundo, separadas no por nacionalidad o raza sino por ideología. Alpha Centauri fue un juego dotado de una gran personalidad, una enorme profundidad estratégica y, algo pocas veces visto en el género, de una narrativa de primer nivel.

15 años después, Firaxis vuelve al espacio. Tras el enorme éxito crítico y comercial de Civilization V y sus geniales expansiones, los muchachos de Sid Meier nos presentan Civilization Beyond Earth. Un juego que a priori tiene encima la pesada carga doble de ser el inmediato sucesor del exitoso Civilization V y además de ser una suerte de “sucesor espiritual” del genial Alpha Centauri.

In the twilight of Earth great civilizations…. we were chosen.

El video introductorio de Civilization Beyond Earth nos cuenta la historia de un mundo moribundo. Tras un suceso llamado “El Gran Error”, nuestro planeta se vio sometido a cambios medioambientales y demográficos que pusieron a las grandes naciones de rodillas. China fue victima de la lluvia radioactiva, el mar se comió grandes porciones de los Estados Unidos, África se sumió en una gigantesca guerra civil y la Unión Europea estalló en pedazos. Cuando comenzamos la aventura en el juego, han pasado 200 años desde este suceso y la humanidad se ha levantado una vez más. Nuevas naciones e identidades han surgido en el mundo y con los nuevos avances tecnológicos la humanidad entera se lanza en la carrera para conquistar el espacio. Beyond Earth es un juego acerca de la esperanza en la capacidad de la humanidad, no es un juego apocalíptico o sombrío.

Esta historia es realmente cautivante, y leer en la Civilopedia acerca del destino de cada nación demuestra que los muchachos de Firaxis han pensado bastante bien la ficción del juego. Hablamos de un mundo donde Estados Unidos esta gobernado “de facto” por una mega corporación, donde Francia y España son los guardianes de la herencia cultural de occidente y donde Sudamérica bajo el mando de Brasil es la principal potencia militar del planeta. Lamentablemente, esta maravillosa historia queda plasmada solo en las páginas de la Civilopedia y no se transmite al juego.

Al comenzar una partida de Beyond Earth debemos elegir nuestro sponsor, en total hay ocho disponibles y remplazan a las civilizaciones de antaño. Pero aquí surge el primer gran problema del juego, estos sponsors carecen de carisma. En Civilization V cada civilización tiene el beneficio de que la historia dicta automáticamente la personalidad y características de cada pueblo. Lo mismo ocurre con los lideres, a grandes rasgos todos sabemos que Genghis Khan y Atila probablemente sean agresivos, que Hammurabi se puede escapar en ciencia, que Alejandro o Cesar Augusto van a intentar expandirse o que Gandhi nos va a acribillar a bombas atómicas (bueno, eso no es precisamente histórico).

En Beyond Earth los líderes también tienen su personalidad detallada en la Civilopedia. Sabemos que Hutama, el líder de Polystralia, es un populista en la vena de los gobernantes sudamericanos de hoy. Sabemos que Daoming, líder de china, es un genio cientifico y que el brasilero Bolivar es un prodigio militar. Pero a la hora de encarar el juego esas características se esfuman. Los lideres de Beyond Earth, a términos prácticos, son totalmente intercambiables. Este elemento se ve agravado si encima comparamos a estos líderes con los geniales personajes que nos otorgaba Alpha Centauri, Prokhor Zakharov, Lady Deirdre y el resto siguen sin ser superados.

The greatest journey in the history of mankind.

Al seleccionar nuestro sponsor además comenzamos a equipar nuestro viaje interplanetario. Cada sponsor cuenta con una habilidad especial (si bien algunas son más útiles que otras) y además de eso debemos preparar la carga de nuestra nave. Aquí seleccionaremos a lo largo de distintas pantallas una serie de bonificaciones al juego temprano que nos ayudaran a plantear desde el vamos la estrategia que queremos seguir. Si vamos a llegar a los tiros y empezar a matar aliens más vale llevar algunos soldados, pero si tal vez queremos aprovechar al máximo el desarrollo de la ciencia nos convendrá llevar hombres de números.

Una vez que nuestro modulo espacial aterrice en el nuevo planeta, comienza la aventura. Los planetas son visualmente intrigantes, llenos de recursos y terrenos que desde el vamos uno no sabe bien que hacen o para que sirven. Eso le otorga al juego una excelente sensación de que realmente estamos explorando algo desconocido. Además de explorar estas nuevas tierras, también tenemos que tener cuidado ante los peligros que se nos presentan: El miasma y los alienígenas. El miasma es un gas que flota sobre algunas casillas y que daña a cualquier unidad que se quede en ella al finalizar un turno. A medida que avance el juego la complicación que este gas representa disminuye, o incluso puede ser usado a nuestro favor, pero al comienzo realmente puede dar como resultado varios dolores de cabeza. Los alienígenas son mucho más peligrosos.

A diferencia de los bastante aburridos bárbaros de Civilization V, estos bichos representan una autentica amenaza. Al comenzar cada partida su predisposición hacia nuestros soldados y trabajadores será mayormente de indiferencia, pero si nos acercamos demasiado a su territorio y amenazamos sus nidos reaccionaran de forma violenta para defenderse. Los distintos tipos de alienígenas son además bastante más poderosos que nuestros pobres soldados iniciales, por lo que representan un peligro considerable en cada comienzo de juego. Y eso sin contar a las versiones “extra-large” da la población autóctona: Los gusanos de asedio y los krakens, que pueden acabar con ejércitos enteros sin despeinarse. Estos dos elementos hacen que el juego temprano de Beyond Earth sea de los mejores en toda la franquicia.

Hay otros dos elementos que hacen de Beyond Earth un juego singular: la red tecnológica y el sistema de afinidades. Estas dos características esta intrínsicamente ligadas entre si, y son en cierta forma el “corazón” del juego. A diferencia de entregas anteriores de Civilization, el desarrollo tecnológico en Beyond Earth no es lineal, sino que cobra la forma de una red que podemos recorrer en la dirección que creamos conveniente. Esto tiene un impacto enorme: no solo hace que exista a priori una mayor cantidad de estrategias de victoria viables, sino que además evita situaciones en las que una civilización queda inexorablemente atrasada en tecnología. A medida que avancemos por la red tecnológica y decidamos que desarrollo cientifico priorizar iremos destrabando niveles en las tres afinidades del juego.

Estas afinidades representan tres caminos filosóficos que puede seguir nuestra civilización con respecto al nuevo planeta y al destino de la humanidad, pero además dictan nuestra relación con el planeta y la forma que adoptaran nuestras unidades. La afinidad de la Pureza es la creencia en que el ser humano debe mantenerse indemne frente al medio, seguir este camino implica poner a la humanidad ante todo y buscar hacer del planeta una nueva Tierra. Los soldados de pureza son lo más parecido a lo que uno puede imaginarse al pensar en cosas como Avatar o Starship Troopers: Armas grandes, armaduras y vehículos.

La afinidad de la Armonía plantea en cambio la comunión con el planeta. Seguir esta senda nos va a permitir aprovechar las ventajas del nuevo mundo y su vida salvaje. Nuestras unidades serán curadas por el miasma y no dañadas, y podremos construir monstruosidades alienígenas genéticamente modificadas para la guerra. La afinidad de la Supremacía plantea la creencia en que la ciencia y la tecnología son la nueva religión del hombre. Con la combinación de carne y maquinaria nuestros soldados ser van a ir volviendo cada vez más robóticas y más eficientes, hasta que al final tengamos a nuestra disposición un ejército de cyborgs que haría que Skynet se muera de envidia. En conjunto, la red tecnológica y las afinidades son dos innovaciones excelentes a la franquicia que me encantaría ver aplicadas de alguna u otra forma en futuras entregas.

El sistema de afinidades también influye en la predisposición de los demás lideres para con nosotros. Si seguimos la misma afinidad que otro líder, esto nos pondrá en el camino de tener buenas relaciones, de lo contrario las demás civilizaciones nos consideraran enemigos, herejes y traidores. Es recién cuando empieza a abrirse el juego con las afinidades al final de cada partida que la interacción con otras civilizaciones se pone interesante. Previo a eso la IA es demasiado pasiva y rara vez representa un problema. Es mucho más importante lidiar con los aliens que con los sponsors rivales al comienzo del juego. Los conflictos generados por las afinidades dan lugar a situaciones interesantes, es una pena que para cuando eso pasa la partida ya esta terminando.

Lamentablemente, el resto del juego no se destaca precisamente por lo innovador. Civilization Beyond Earth es en muchos aspectos (demasiados diría yo) poco más que una conversión total profesional de Civilization V. Los mecanismos de desarrollo de nuestra civilización son exactamente los mismos que en Civ V, el sistema de virtudes es un reemplazo apenas diferente de las políticas sociales de entregas anteriores. El sistema de combate no presenta variaciones significativas, los operativos secretos son poco más que los espías con un nombre diferente y las caravanas comerciales solo fueron aumentadas en número (lo que se vuelve increíblemente molesto hacía el final del juego). Muchos otros elementos presentan el mismo problema y son apenas mecánicas viejas con otro nombre o pequeñas modificaciones, pueden ponerle “salud” a la “felicidad” de Civ V, pero mecánicamente es la misma cosa. A nivel de desarrollo imperial solo hay un puñado de innovaciones, entre las que destaca la posibilidad de colocar satélites en orbita para obtener diferentes bonificaciones.

Un elemento que se ha quedado a mitad de camino entre la innovación y la “importación” directa desde Civilization V son las condiciones de victoria. Como siempre tenemos la victoria por dominación que consiste en capturar las capitales enemigas, pero además hay tres victorias especificas para cada afinidad. Lamentablemente estas victorias son todas mecánicamente muy parecidas y se basan en avanzar por la red tecnológica en determinadas direcciones y construir algunos edificios y estructuras, es decir, son variaciones de la victoria tecnológica de Civilization V. La victoria por contacto es la más interesante, ya que esta ligada al sistema de quests del juego. Pero lamentablemente este último sistema, si bien competente, peca de una notable falta de variedad. Al tomar las mismas decisiones en cada quest, en cada partida, uno termina por apretar de memoria la opción más conveniente sin darle importancia a la narrativa que intentó plasmar Firaxis en este aspecto.

On these alien shores our destiny awaits

Tal vez en concordancia con el resto del juego, en cuanto a lo audiovisual Beyond Earth comparte todas sus fortalezas y flaquezas con Civilization V. El Engine de Civ V sin dudas que tiene la capacidad de crear terrenos planetarios bonitos e interesantes, pero ya tiene cuatro años de antigüedad y eso comienza a sentirse. Comparado con ofertas más recientes en el género, como puede ser el genial Endless Legend, Beyond Earth queda mal parado. Esto no quiere decir que estemos ante un juego pobre gráficamente, un magnifico trabajo artístico en el diseño del terreno, las unidades y las estructuras ayuda a elevar al juego por encima de las limitaciones de su motor.

Más preocupante es que Beyond Earth hereda todos los problemas técnicos de su predecesor inmediato. El terreno tarda en cargarse al retomar una partida de la misma forma que en Civ V, y las unidades a veces se quedan trabadas de forma idéntica al juego anterior. Es algo tragicómico ver evidencia tan directa del “copiar y pegar” que han hecho directamente de Civilization V reflejada en estos fallos. Uno esperaría más de una empresa como Firaxis.

La banda sonora es bastante buena, aunque inferior a la de entregas anteriores. Al no haber melodías personalizadas para cada civilización los distintos temas comenzaron a cansarme tras jugar varias partidas, algo que jamás me había pasado con Civilization hasta ahora. En cuanto al trabajo de voces, también lo he encontrado inferior. Cada líder habla en su propio idioma pero tienen muy pocas cosas interesantes para decir y la voz femenina que lee las distintas citas al destrabar tecnologías es monótona y aburrida. No entiendo porque no hicieron que cada líder lea sus propias citas, como pasaba en Alpha Centauri, le hubiera sumado al juego toneladas de personalidad.

El modo multijugador sigue presente y si bien no esta en el estado paupérrimo en el que estaba al lanzarse Civilization V sigue teniendo sus problemas, en especial que cuesta encontrar partidas sin “quitters” que ante la primera dificultad prefieren abandonar el barco. Aunque eso no es un problema de Civilization en si, sino más bien del genero en general. El soporte de mods con Steamworks también dice “aquí estoy” y esto, como siempre, es una bendición del cielo. Ya hay varios mods excelentes disponibles en el taller.

A new beginning for mankind

Algo positivo que Civilization Beyond Earth hereda de Civilization V, Alpha Centauri y de toda la franquicia es que mantiene intacto el deseo de “un turno más” por el cual estos juegos son tan conocidos. La sensación de que cada turno nos ofrece docenas de posibilidades diferentes sigue presente como siempre, lo que hace de este juego algo peligrosamente adictivo. Las minutos se convierten en horas y cuando nos queremos dar cuenta pasó de largo la noche y esta saliendo el sol. Lo que es más, las posibilidades aumentadas por el sistema de afinidades y la red tecnológica hacen que Beyond Earth sea potencialmente más adictivo y rejugable que entregas anteriores.

Pero por otro lado Beyond Earth presenta varias contradicciones. El comienzo de las partidas es sumamente interesante gracias a los alienígenas y la etapa de exploración, pero los finales son algo monótonos debido a las poco interesantes condiciones de victoria. Ir a la guerra sigue siendo tan divertido como siempre, pero la poca predisposición de la IA a tomar iniciativa hace que derrotar a los enemigos sea demasiado sencillo.

Sin embargo, conociendo a Firaxis como creo que lo conozco, se que esto solo es el comienzo. Un nuevo comienzo. Los juegos de Civilization por lo general no se construyen de una vez, sino que se van puliendo y armando poco a poco con parches y expansiones de gran calidad. De la misma manera que Gods & Kings y Brave New World hicieron de Civilization V un juego casi perfecto, estoy seguro de que la gente de Sid Meier ya esta trabajando para corregir y mejorar todo lo que necesite ser corregido y mejorado en Beyond Earth.

Sid Meier's Civilization: Beyond Earth – Review
Innovación60%
Gameplay70%
Musica y Sonidos70%
Multiplayer60%
Lo bueno:
  • Excelente etapa inicial de exploración.
  • Las afinidades y la red tecnológica son excelentes innovaciones.
  • “Solo.... un.... turno.... más”
Lo malo:
  • Demasiado similar a Civilization V.
  • IA poco agresiva da como resultado un end-game algo aburrido.
  • A los líderes de facción les falta personalidad.
70%Nota Final
Puntuación de los lectores: (5 Voto)
65%

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